Las contradicciones de Ereván entre Moscú y Occidente

de Vladimir Rozanskij

Los armenios aceptan una misión de observadores de la UE en la frontera en disputa con Azerbaiyán. La irritación del Kremlin, su socio histórico. Los rusos temen que Armenia esté preparando un viraje geopolítico. Después de Siria y Ucrania, los riesgos de un tercer frente de conflicto entre Putin y Occidente.

Moscú (AsiaNews)- El informe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, que incluye un llamamiento a Azerbaiyán para que retire sus tropas del territorio de Armenia, fue acogido con gran entusiasmo en Ereván. A ello se suma la decisión de constituir una misión de observadores de la UE para controlar la frontera armenio-azerbaiyana, que se considera una victoria de Armenia en el campo diplomático. Al mismo tiempo, estos movimientos han provocado una fuerte reacción de Rusia, que sigue siendo el primer socio de los armenios.

Moscú considera poco convincentes las declaraciones de los dirigentes de Ereván que apoyan la llegada de representantes europeos a la frontera con Azerbaiyán. Las palabras del primer ministro Nikol Pašinyan en el sentido de que la misión también debe verificar los movimientos de las tropas rusas y armenias para evitar acusaciones improcedentes por parte de los azeríes, fueron recibidas por el Kremlin con gran perplejidad e irritación.

En Moscú están convencidos de que la UE está intentando cambiar el sistema de seguridad en el sur del Cáucaso. La representante de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova, habló de un "intento de arrastrar a la Unión Europea a la región", mientras que "las fuerzas de paz rusas garantizan la tranquilidad en Nagorno-Karabaj".

Echó más leña al fuego la noticia de que la misión de la UE podría ser no solo civil, con la incorporación de un grupo de gendarmes franceses. Las explicaciones de Ereván de que los gendarmes, debido a su profesión, están mejor preparados para redactar los informes necesarios, no convencieron mucho a la parte rusa. En este contexto, las declaraciones de Moscú y Ereván sobre sus intenciones de reforzar la cooperación mutua, incluso en el ámbito militar, despiertan en los políticos de Moscú la sospecha de que en realidad los armenios están preparando un viraje geopolítico, porque no les han gustado las atenciones de Moscú a Bakú al mismo tiempo que trata de poner freno a Armenia.

La mediación de Moscú es más aceptable para los azeríes que para los armenios, quienes consideran que sus aliados históricos no los apoyan adecuadamente, no solo en los hechos sino también en las palabras. Las exhortaciones de Moscú a liberar el corredor de Lachin, dirigidas por igual a los dos contendientes, fueron consideradas una provocación y una ingenuidad propia de aficionados. Por no hablar de las difíciles relaciones de Ereván con la CSTO, la alianza militar euroasiática liderada por Rusia, que no ha hecho nada para defender a uno de sus miembros de la agresión de Azerbaiyán, una vez más sin tomarse la molestia de hacer declaraciones a favor de Armenia. Incluso el presidente bielorruso Lukashenko ha aconsejado a los armenios que acepten las exigencias de Bakú.

No sorprende entonces que Armenia se haya vuelto hacia la UE, donde ha encontrado más comprensión que en sus "amigos" ex soviéticos. Por otra parte, las circunstancias relacionadas con la guerra en Ucrania hacen que los propios europeos no estén muy bien dispuestos con respecto a los rusos, y Ereván corre el riesgo de quedar entre la espada y la pared, representadas en este escenario por Azerbaiyán y Turquía.

La atracción que ejerce Europa en estas zonas también podría alarmar a Irán, que está muy interesado en desbloquear las vías de comunicación del Cáucaso. Teherán ya se ha declarado en contra de implicar a otros actores en el juego, declarando que está dispuesto a ayudar para resolver los problemas.

El politólogo armenio Beniamin Matevosyan, comentando todos estos entrecruzamientos en News.am, recuerda que el choque entre Rusia y Occidente se desarrolla en dos direcciones, Ucrania y Siria, y considera muy peligroso que en el Cáucaso se abran un tercer frente. La contradicción, además, ya ha calado en Armenia, con el riesgo de que “Artsakh [Karabaj] y la propia Armenia se conviertan en un nuevo escenario de guerra global”.