Manar Khatib, los ucranianos y las víctimas 'secundarias' de la guerra de Israel contra Irán
Entre las víctimas mortales de los misiles iraníes hay cuatro mujeres palestinas pertenecientes a una familia de Tamra comprometida con el diálogo. Las aldeas árabes están más expuestos porque no tienen búnkeres ni habitaciones seguras. El dolor que los Amigos de Neve Shalom expresan a AsiaNews: "Es vergonzoso que en Israel haya personas que brindaron cuando vieron caer misiles sobre sus vecinos palestinos". El llamamiento de un grupo de intelectuales israelíes e iraníes unidos "por la paz y la diplomacia".
Jerusalén (AsiaNews) - La guerra actual entre Israel e Irán, desencadenada por los ataques del pasado 13 de junio que llevó a cabo el Estado judío y provocaron la respuesta militar de la República Islámica, pone de manifiesto una vez más las disparidades en el seno de la sociedad israelí. En particular para las poblaciones árabes y los palestinos israelíes del norte, cuatro de los cuales murieron - Manar Khatib, de 45 años, sus dos hijas, Shada de 20 y Hala de 13, y otra mujer de la familia llamada Manar Diab - y decenas resultaron heridos cuando los misiles de Teherán impactaron en sus casas en Tamra. Esta realidad es aún más vulnerable por la falta de búnkeres y refugios, a diferencia de lo que ocurre en Jerusalén, Tel Aviv y el resto del país, donde hay una mayoría judía protegida por el gobierno y menos expuesta a las represalias de Teherán, aunque allí también se registren muertos y heridos.
Entre las primeras víctimas de los misiles iraníes en la noche del pasado 14 al 15 de junio se encuentran las cuatro mujeres árabes de Tamra, ciudad al este de Haifa, cuya casa de tres plantas - pero sin habitaciones reforzadas ni búnkeres en la zona - fue destruida por un misil. Su esposo, Raja, y Razan, la hija menor, sobrevivieron milagrosamente. Mohammad Diab, voluntario de los equipos de rescate y emergencia, explica que tienen dificultad para llegar hasta la familia debido a la gravedad de los daños causados por el impacto, y los vecinos dicen que fue una explosión "terrorífica".
Entre quienes rindieron homenaje a su memoria se encuentran los habitantes de Wahat al-Salam/Neve Shalom. Esta aldea es un laboratorio activo de convivencia entre judíos y árabes israelíes y una de sus familias estaba emparentada con las víctimas. En una nota a AsiaNews, la asociación italiana Amigos de Neve Shalom Wahat al-Salam explica que dos de las víctimas de Tamra eran familiares de "Raida Aiashe Khatib, una de las residentes "históricas" de la aldea y profesora de inglés en la escuela primaria de la comunidad". La comunidad presentó las condolencias a la familia de Raida y también expresó su "solidaridad ante el desagradable y vergonzoso episodio de los habitantes de la aldea vecina a Tamra que brindaron cuando vieron caer cohetes sobre sus vecinos palestinos".
Entre los muertos y heridos de los últimos días también hay cinco ciudadanos ucranianos - tres de ellos niños - alcanzados por un misil que cayó en Bat Yam en el ataque del 14 de junio. En una declaración - que no menciona específicamente a sus conciudadanos - la embajada ucraniana en Tel Aviv "lamenta las consecuencias del ataque iraní contra Israel". "Los civiles inocentes - especialmente los niños - nunca deberían ser blanco de misiles", afirma la representación diplomática en X.
Una de las cuestiones que se plantean ante las víctimas de Tamra es la falta de habitaciones seguras en las casas - como confirmó a la CNN el alcalde de la ciudad, Musa Abu Rumi - o de los búnkeres o refugios públicos con los que cuentan la mayoría de las ciudades israelíes con un componente judío predominante. Por eso el alcalde decidió abrir los edificios de las escuelas para que las personas que no se sienten seguras durmiendo en sus propias casas puedan utilizarlos como refugio. "El gobierno - denuncia el alcalde - nunca ha financiado la construcción de refugios en nuestra ciudad, porque tiene otras prioridades". Por eso ha decidido aprovechar las visitas de ministros y altos funcionarios del Ejecutivo de estos días para plantear el problema del estado de abandono en que se encuentra Tamra y "cerrar la brecha entre los israelíes judíos y los ciudadanos palestinos de Israel".
La ley israelí exige que todas las viviendas, edificios residenciales e industriales construidos desde principios de los años '90 estén equipados con refugios antiaéreos. Estos refugios son cruciales para proteger a los ciudadanos en caso de alerta y ataques, aunque en estos días Jerusalén y Tel Aviv también han sido parcialmente alcanzadas por misiles iraníes. Muchas ciudades palestinas del norte del país "carecen de refugios públicos, áreas protegidas e instalaciones de acogida", explica un comunicado de la Asociación por los Derechos Civiles en Israel. Un informe del centro de investigación independiente Israel Democracy Institute (IDI), posterior a los ataques en Tamra, muestra que los pedidos de las comunidades árabes siguen "sin respuesta" casi dos años después del estallido de la guerra, y persisten diferencias significativas en el grado de "protección" entre las comunidades árabes y judías.
Incluso en este panorama cada vez más crítico y violento, no faltan voces de paz y diálogo, como las de ciudadanos iraníes e israelíes que - unidos en un llamamiento que hicieron desde Estados Unidos - piden el alto el fuego y la resolución diplomática de las controversias. En una declaración firmada por intelectuales y activistas - entre ellos Reza Alijani, el historiador Touraj Atabaki, Gershon Baskin, el experto nuclear Behrooz Bayat, el escritor Orly Cohen y el economista Hadi Zamani - expresan "grave preocupación por el futuro". "Israel e Irán - recuerdan - están involucrados en conflictos indirectos desde hace décadas; un enfrentamiento que pone en peligro a toda la región, y sobre todo a los pueblos de estas naciones".
"Iraníes, israelíes y palestinos - continúa el comunicado - merecen vivir con seguridad y dignidad. Los ataques contra civiles deben ser condenados en todas partes. Los respectivos gobiernos de nuestros países han contribuido a precipitar a los pueblos en esta guerra que no representa nuestros intereses. El continuo derramamiento de sangre no traerá seguridad a ninguna de nuestras naciones".
Por último, los firmantes se dirigen a "ambas partes y a la comunidad internacional" para que se tomen "medidas inmediatas para poner fin a la violencia". "Nos negamos a aceptar la inevitabilidad de un conflicto violento - concluyen - como el único camino a seguir entre nuestros países, Israel e Irán, o su posicionamiento como eternos archienemigos. Las guerras infinitas e insensatas de esta región no beneficiarán a nuestro pueblo, que tiene derecho a vivir en paz y seguridad".
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