Moscú y Beijing relanzan sus relaciones económicas

de Vladimir Rozanskij

Intentan superar la pandemia y fomentar las perspectivas. Las provincias chinas más ventajosas para los negocios rusos son Hong Kong, Guangdong, Shanghai y Beijing. En las zonas fronterizas, como Heilongjiang, se habla el idioma ruso.

Moscú (AsiaNews) – Está en marcha un "plan ruso-chino" para superar la pandemia y relanzar las relaciones económicas entre Moscú y Beijing. Así lo revelaron la propia administración china y Nezavisimaya Gazeta, uno de los periódicos más autorizados de Rusia. El largo informe, fechado el 4 de febrero, fue retomado en los días siguientes por varias publicaciones.

En el reportaje, la Oficina Central de Aduanas de Rusia informó de que el comercio entre Rusia y China en 2020 se redujo en un 6,7%, más de 100.000 millones de dólares. Las aduanas chinas también confirmaron la reducción de las operaciones del lado oriental - cercana a un 2,9%, - , que también superaría los 100.000 millones de dólares.

A finales de enero, el Ministerio de Desarrollo Económico ruso organizó una presentación de las regiones rusas orientada a los inversores chinos, y el 8 de febrero, la Unión Ruso-Asiática de Industriales y Empresarios presentó un "Índice de perspectivas de las regiones chinas para el comercio con las empresas rusas".

En él se da a conocer la facilidad con la que los exportadores rusos se adaptan rápidamente a las estrictas exigencias de las autoridades chinas, que han prohibido la exportación de pescado y aves de corral por haberse encontrado restos de Covid-19.

El presidente de la Unión, Vitalij Mankevich (foto 2), señaló que "Asia debe convertirse en la principal plaza para la construcción de empresas transnacionales de un nuevo tipo, en el ámbito de la exportación de materiales no primarios y no energéticos", de ahí los planes para identificar las provincias chinas más ventajosas para los negocios rusos, y viceversa.

Entre las provincias chinas destacan Hong Kong, Guangdong, Shanghai y Beijing, y se observan excelentes perspectivas en las regiones costeras del sureste de China.

Las provincias del centro y del norte también mantienen estrechas relaciones con Rusia, aunque están mucho menos desarrolladas. Se atribuye un papel clave a la región nororiental de Heilongjiang, que limita con el Extremo Oriente ruso y sirve de punto de distribución del tráfico comercial entre ambos países, con la infraestructura necesaria para regular el paso de los convoyes. El uso de la lengua rusa también está cada vez más extendido en la zona.

La fundadora de la empresa Sinoruss, Surana Radnaeva (foto 3), insiste en que la calificación regional debe concretarse también para las provincias rusas: "Creo que Rusia tiene una gran oportunidad de aumentar las exportaciones de materiales no primarios, haciendo que las empresas rusas cooperen más con las chinas en la producción de diversos artículos en nuestro territorio; no es conveniente exportar materias primas a China, para que trabajen y vuelvan a nosotros y a todo el mundo, especialmente a Europa", dijo Radnaeva a Nezavisimaja Gazeta. Esto favorecería el empleo entre la población rusa y atraería grandes inversiones chinas, con importantes ventajas fiscales, por lo que los empresarios rusos insisten en crear un clima más favorable para hacer negocios con los chinos.

En los últimos años, entre las regiones rusas ha destacado Samara (en la que también se encuentra la ciudad de Togliatti), una zona del Volga en la Rusia europea medio-oriental, a mil kilómetros de Moscú.

Como señala el sitio web Idel.Realii, la zona destaca por el volumen de negocios con China. La distancia a la capital no es prohibitiva para los hábitos rusos, y la coordinación de las relaciones económicas en la región está directamente controlada por Moscú, según el proyecto denominado "Volga-Yangtse". Entre las regiones rusas y chinas hay 38 acuerdos comerciales en vigor. De ellos, 4 son de muy amplio alcance, e impactan en la región de Samara y, del lado chino, en Anhui, Hubei, Sichuan y la ciudad de Chongqing. El crecimiento del comercio con Samara ha sido especialmente significativo desde la anexión de Crimea en 2014, uniendo las aguas del Volga y el Mar Negro.

Así, el comercio entre las provincias rusas y chinas parece adquirir una dimensión más beneficiosa y concreta que muchos otros grandes planes globales euroasiáticos, utilizando mecanismos y empresas de transporte diferentes y rumbos más específicos, para que las regiones rusas abran las puertas a los socios chinos.