Patriarca caldeo: «Salvemos los históricos cementerios cristianos de Nayaf»
El llamamiento del cardenal Sako al primer ministro al-Sudani. Lugares en peligro por proyectos de desarrollo urbanístico. La petición de «cercar y vigilar» los sitios que corren el riesgo de una «amenaza inminente». Su valor «va más allá de la comunidad cristiana» y concierne a «toda» la población, incluidos los musulmanes.
Bagdad (AsiaNews) - En un intento por salvaguardar el frágil patrimonio cristiano iraquí, el patriarca de Bagdad de los caldeos ha lanzado un llamamiento urgente al primer ministro Mohammed Shia al-Sudani para que detenga lo que él denomina «intentos de destruir los históricos cementerios cristianos» de la provincia de Nayaf. En su lugar, denuncia el cardenal Louis Raphael Sako en una reflexión publicada en la página web del patriarcado, las autoridades locales quieren apoyar planes de desarrollo comercial que acabarían borrando un testimonio histórico de gran valor.
Según informa el primado de la Iglesia caldea, «fuentes fiables de Nayaf» —ciudad situada a 160 km al sur de la capital— alertan sobre «intentos de transferir el control de cementerios cristianos históricos» a inversores y empresarios, con el objetivo de «realizar proyectos» en el ámbito de la construcción. De ahí la iniciativa del cardenal, que se ha dirigido directamente al jefe del Gobierno para bloquear la expropiación y mantener viva la memoria de la presencia cristiana en la zona.
Según la nota, el cardenal Sako pidió a al-Sudani que «interviniera y detuviera la violación de los lugares sagrados cristianos», identificando específicamente el «cementerio de Manathira» y el «cementerio de Umm Kheshm para la Manathira cristiana» como en riesgo de «amenaza inminente». «Estos sitios históricos —prosiguió el cardenal— deben ser vigilados y cercados. Además, no deben estar sujetos a proyectos de inversión privada, que acabarían por borrarles por completo».
Enmarcando su llamamiento en términos de interés nacional, el cardenal argumentó que estas zonas poseen un inmenso valor cultural y económico, que va más allá de la comunidad cristiana y afecta a toda la población iraquí, incluidos los musulmanes. El cardenal Sako prosigue subrayando que la historia diversificada de Irak precede en mucho a la era islámica, incluyendo «a los acadios, sumerios, caldeos, babilonios, asirios, árabes, persas, cristianos y, por último, musulmanes».
Con el fin de diversificar los ingresos del Estado, el primado caldeo recordó que la conservación y promoción de estos yacimientos acabaría por reactivar también la economía del país. « Estos yacimientos arqueológicos, junto con los santuarios chiítas de Nayaf y Karbala, son lugares de peregrinación en los que se puede invertir adecuadamente para que, a largo plazo, se conviertan en destinos turísticos y religiosos», observó el cardenal Sako. Lanza una nueva advertencia a las autoridades, añadiendo que «depender únicamente de los ingresos del petróleo no es sostenible porque algún día el crudo se acabará» .
Este llamamiento se produce en un contexto de crisis existencial para una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, una región que hoy en día es escenario en muchas zonas de persecuciones, violencias, abusos y violaciones que acaban incentivando el éxodo y vaciando la región de uno de sus componentes principales. Después de todo, Irak antes de la invasión estadounidense de 2003 contaba con alrededor de 1,5 millones de cristianos; sin embargo, décadas de conflictos, inestabilidad y persecuciones selectivas han hecho que ese número se reduzca a menos de 200 000 en la actualidad.
La campaña genocida de 2014 por parte del Estado Islámico (ISIS) contra los cristianos y otras comunidades religiosas en la llanura de Nínive y el norte de Irak, además de la vecina Siria, marcó un giro catastrófico. Cientos de miles de personas se vieron obligadas a huir, iglesias y antiguos monasterios fueron profanados o destruidos y se imprimió un profundo sentimiento de vulnerabilidad en la memoria colectiva de la comunidad. Incluso después de la derrota militar del ISIS, la crisis continuó, al igual que el éxodo. Además, los (pocos) cristianos que regresaron se enfrentaron a una nueva serie de obstáculos, entre ellos un entorno frágil en materia de seguridad, cambios demográficos en sus ciudades históricas y el problema sistémico de la apropiación de propiedades.
El intento de desarrollar cementerios históricos en Nayaf es visto por muchos como otro ejemplo de esta «lenta eliminación» de su presencia física y cultural del panorama iraquí. El patriarca añadió finalmente que este legado cristiano también se ha visto enriquecido por famosos poetas árabes cristianos como Imru' al-Qais y al-Nabigha al-Dhubyani, que desempeñaron un papel fundamental en la configuración de la literatura árabe.
La arqueología, el arte y la literatura constituyen un patrimonio de gran valor económico, histórico y cultural, hasta el punto de representar el verdadero «oro negro» de Irak, como había declarado en el pasado el propio primado caldeo. De hecho, desde la época en que era arzobispo de Kirkuk, el cardenal Sako solía denunciar los peligros que corría un «bien universal» que debía protegerse del robo, el tráfico ilegal e incluso el cambio climático, porque por sí solo vale «más que el petróleo». Una tarea que incumbe a todos los iraquíes, no solo a los cristianos, como recordó el patriarca también en 2016 durante la «Conferencia internacional para la salvaguardia del patrimonio cultural en las zonas en conflicto» celebrada en Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
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