08/07/2023, 12.50
FILIPINAS
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Stella Maris, un ancla para los pescadores de Manila y sus familias

de Santosh Digal

El 9 de julio, la Iglesia celebra en todo el mundo el Domingo del Mar. La hna. Victoria Sánchez, de las Hermanas de Jesús Buen Pastor, contó cómo, a través de la fe y la oración, el Centro Stella Maris ayuda a mantener en contacto a los marineros con los que durante meses se quedan en tierra mientras un ser querido trabaja en barcos mercantes y pesqueros. De los 1,6 millones de marineros que hay en el mundo, unos 400.000 son filipinos.

Manila (AsiaNews) - Quienes se hacen a la mar por motivos de trabajo "permanecen alejados de sus seres queridos durante varios meses, en algunos casos incluso un año. Es importante animarlos a ser fieles los unos con los otros, a apoyarse mutuamente incluso en la distancia, y a anclarse en Dios a través de la oración", dice la hna. Victoria G. Sánchez, "Pastorcita" de las Hermanas de Jesús Buen Pastor y miembro del personal del Stella Maris Manila Seafarers' Centre.

La hna. Victoria trabaja desde hace 12 años en el centro de la capital filipina y está convencida de que "a través de la oración podemos hacer que todos se sientan unidos y cerca de los que viven en el mar. Con los que se quedan en tierra también realizamos encuentros periódicos y actividades espirituales y caritativas, creando una verdadera comunidad marítima también en tierra". 

Su testimonio adquiere un significado especial con ocasión del "Domingo del Mar", que la Iglesia celebra este año el 9 de julio. "Hoy, la atención de toda comunidad cristiana se dirige a aquellos gracias a quienes nos llegan la mayor parte de los bienes con los que nos alimentamos o que utilizamos cada día", escribió el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cardenal Michael Czerny. Hay más de un millón de trabajadores en los barcos que transportan mercancías por todos los mares del mundo. "El domingo es el día de la Eucaristía y de la Pascua semanal -continuó el cardenal Czerny en su mensaje para el Domingo del Mar-, y hay muchos que no tienen acceso a ella porque están forzosamente lejos de su comunidad. Para toda la Iglesia, celebrar al Resucitado significa no olvidarse de nadie, ni siquiera de los que están en medio del mar".

Algunos de los retos más difíciles a los que se enfrentan los marineros y pescadores son la soledad por estar lejos de casa y de sus seres queridos, pero también la presión de sus familias para que envíen dinero a casa, los despidos prematuros por problemas personales de salud, enfermedades o lesiones físicas, la piratería marítima y los limitados permisos para bajar a tierra. Y es precisamente en el "Domingo del Mar" cuando también es necesario recordar que los mares y océanos son lugares peligrosos para trabajar: en los últimos 10 años, 1.036 buques han naufragado en todo el mundo.

Para invertir esta tendencia, la hermana Victoria G. Sánchez y el personal del Stella Maris de Manila asisten espiritualmente cada día a los trabajadores del mar y a sus familias: "En el mar, la vida es muy complicada por la distancia de los afectos y los espacios reducidos. Muchos intentan enviar dinero a casa, pero se retrasan por la distancia. O ni siquiera llegan porque, para llegar a fin de mes, algunos pescadores no tienen ganancias durante meses. Por otra parte, están las esposas de los marineros, que son de hecho padres de familia. Celebramos la Santa Misa por ellas todos los días en dos grandes dormitorios de la organización donde se alojan las familias más desamparadas".

"Somos una Iglesia sinodal, en la que caminamos juntos los que vamos al mar y los que nos quedamos en tierra. Todos estamos unidos por la oración", dice la hermana Victoria, "debemos avanzar juntos, navegar juntos, sin dejar a nadie atrás. Que nadie piense que no tiene nada que ofrecer a esta comunión con el mar y el Señor".

A pesar de todas las dificultades, hay 1,6 millones de marineros en todo el mundo. Entre ellos, unos 400.000 son filipinos, que cada año envían a casa 6.000 millones de dólares en remesas.

El centro de la hna. Victoria también organiza un seminario para marineros, "como preparación para la vida a bordo de los barcos pesqueros y mercantes, haciéndolos conscientes de sus derechos para evitar abusos, el reclutamiento ilegal y el tráfico de personas", explicó la monja. En Manila, las Hermanas Pastorcitas también organizan oraciones en el hospital o en casa de los familiares por los enfermos. "Siempre queremos encontrar nuevas formas de estar más cerca de los que viven junto al mar, en un intercambio continuo que haga que su trabajo esté menos alejado del camino y la fe de todos", concluyó la hna. Victoria.

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