En la "nueva Siria" de al-Sharaa otros tres cristianos asesinados a tiros

El asesinato ocurrió ayer en la aldea de Anaz, en la periferia oeste de Homs. Los atacantes se desplazaban en moto y dispararon al menos 30 proyectiles para luego desaparecer sin dejar rastro. Se desconoce el motivo del ataque. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, cree que una de las víctimas había sido demandada, pero absuelta por falta de pruebas, por personas de la aldea de Al-Hosn, donde se refugiaron los agresores.

Homs (AsiaNews) - Murhaf al-Naasan, jefe de las fuerzas de seguridad del gobierno de transición sirio en la zona, informó que hombres armados no identificados abrieron fuego contra tres cristianos en la provincia de Homs, en el centro de Siria. Los asesinatos ocurrieron ayer y las víctimas serían tres jóvenes de la zona. El ataque tuvo lugar en el pueblo de Anaz, Wadi al-Nasara (Valle de los Cristianos), al oeste de Homs; después de disparar, los agresores desaparecieron sin dejar rastro y tampoco se conoce el móvil de los asesinatos.

Los medios locales citan relatos de testigos de la zona según los cuales las víctimas, tres miembros de la comunidad cristiana, fueron ultimadas con armas de fuego frente a la oficina del Mukhtar (el jefe de la aldea), por hombres que circulaban a bordo de una motocicleta. La ejecución a sangre fría desató la ira y la tensión generalizadas en todo Wadi al-Nasara, una zona de mayoría cristiana conocida por su estabilidad durante el conflicto sirio que se prolonga desde hace años.

En respuesta a los asesinatos, los funcionarios políticos de la zona anunciaron que retiraban todos sus candidatos de las próximas elecciones parlamentarias y declararon el boicot al proceso electoral varias veces postergado y que debería celebrarse el próximo 5 de octubre. También se suspendieron las actividades en las escuelas y muchos residentes se abstuvieron de presentarse a trabajar en señal de protesta.

Desde hace tiempo se respira en toda la zona un clima de tensión, como lo demuestran algunos incidentes ocurridos incluso recientemente. Uno de ellos involucró, a su pesar, al sacerdote siro-católico Michel Naaman, a quien apuntaron con pistolas en la sien en el exterior de su propia casa para asaltarlo. Uno de los objetos sustraídos fue la cruz de oro.

En relación con el asesinato de los tres jóvenes cristianos, el jefe de las fuerzas de seguridad Al-Naasan afirmó que “las autoridades competentes adoptaron inmediatamente medidas para aislar la zona, dar caza a los agresores, arrestarlos y ponerlos a disposición de la justicia”. Invitó luego a los residentes a mantener la calma y a no reaccionar a los rumores o provocaciones, subrayando que se están llevando a cabo las investigaciones pertinentes para determinar las circunstancias del ataque e identificar a los responsables. Uno de los objetivos de los asesinatos, explicó, sería desestabilizar la situación y obstaculizar el proceso de recuperación del país bajo la presidencia interina de Ahmed al-Sharaa y el HTS (ex milicianos), así como sembrar el terror en la gente para influir en las elecciones parlamentarias.

En referencia al asesinato de los cristianos en el pueblo de Anaz, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos - una ong con base en el Reino Unido y una densa red de informantes en el territorio, que durante años ha relatado las brutalidades de la guerra - dice que dispararon al menos 30 proyectiles. El objetivo del ataque habría sido un pequeño grupo de personas reunidas en el lugar donde se produjo el ataque, y los asesinos huyeron luego en dirección a la aldea de Al-Hosn por la carretera de Al-Dabbagh. Una de las víctimas habría comparecido ante un juez dos días antes por una demanda que presentaron en su contra algunos habitantes de la aldea de Al-Hosn, pero el tribunal lo dejó en libertad porque las acusaciones resultaron ser infundadas.

En señal de protesta, los grupos locales de Wadi Al-Nasara de donde provenían los dos jóvenes han convocado una huelga general en solidaridad con las familias de las víctimas y para condenar la actual ola de violencia. Desde el comienzo de 2025 el Observatorio ha documentado la muerte de 1.070 personas, entre ellas 32 mujeres y 21 niños, en asesinatos a sangre fría por represalia en diversas provincias sirias. Un largo rastro de sangre que muestra cuán inestable es todavía la “nueva” Siria (ver las violencias contra los alauitas, los drusos y los mismos cristianos) bajo el régimen de al-Sharaa.

El jefe de las milicias de Hay’at Tahrir al-Sham (HTS) actualmente en el poder tras el colapso del régimen de Bashar al-Assad, quien habló días pasados en la ONU, es un ex líder de al-Qaeda sobre el que, en su momento, pesaba una recompensa de 10 millones de dólares. Sin embargo, en los últimos meses ha obtenido la plena legitimación de la Casa Blanca durante un encuentro en Riad con el presidente Donald Trump; también está negociando ahora un acuerdo con Israel, pese a las dificultades para mantener la promesa de elecciones legislativas, sucesivamente postergadas incluso recientemente. A pesar de esto, el ideal de un país “seguro, estable y unificado” está todavía muy lejos de hacerse realidad.