Estambul: acusan de espionaje al alcalde (encarcelado) Imamoglu
Desde la cárcel, el líder de la oposición afirma que el nuevo juicio en su contra es un "complot" para sacarlo de la escena política. Analistas y opositores consideran que se trata de un intento del gobierno y del AKP - derrotados en las urnas - de tomar el control de la metrópoli. Las dos caras de la Turquía de Erdogan: represión y cárcel para los opositores y críticos en el frente interno, mediador de paz en Gaza (y en Siria).
Estambul (AsiaNews) - Después de ser acusado de corrupción y vínculos con organizaciones terroristas, el alcalde de Estambul y líder de la oposición Ekrem Imamoglu - que ya se encuentra en la cárcel desde el pasado mes de marzo, aunque, pese a todo, sigue siendo el principal rival del presidente Recep Tayyip Erdogan - ahora también ha sido imputado por "espionaje político". Un tribunal turco ha emitido una orden de arresto - emitir una orden de arresto para una persona que ya está en prisión no es una práctica inusual en el país - para el primer edil de la capital económica y comercial, en una nueva escalada de la represión. Para críticos y ciudadanos, que hoy volvieron a salir a las calles desafiando las prohibiciones, el nuevo proceso es una muestra de la "politización" de los tribunales y la manipulación de la justicia, acusaciones rechazadas por el gobierno de Ankara que reivindica la independencia de los jueces.
El alcalde compareció ayer a última hora de la mañana ante los jueces del tribunal de Caglayan para responder a los nuevos cargos en su contra, en un crescendo de ataques e incriminaciones, mientras en el exterior se habían congregado cerca de mil personas. Horas después el entorno de Imamoglu difundió un comunicado, recogido por la prensa turca, en el que este rechaza las acusaciones: "No tengo absolutamente ningún conocimiento ni conexión con las agencias de inteligencia o sus empleados", y las considera "absurdas" y parte de un "complot" para expulsarlo de la escena política. "Sería más realista - concluye - decir que incendié Roma".
Fuera del juzgado el líder del Partido Popular Republicano (CHP) Ozgul Ozel habló ante una multitud de simpatizantes y partidarios reunidos para protestar por el nuevo juicio contra el alcalde, controlados de cerca por la policía antidisturbios. "Lo llamaron ladrón, no funcionó; lo llamaron corrupto, no funcionó; lo acusaron de apoyar el terrorismo, no funcionó" dijo el presidente del CHP refiriéndose a Imamoglu. "Ahora, como último recurso, tratan de llamarlo espía. ¡Es una vergüenza!" gritó Ozel, quien también se encuentra en el punto de mira de la magistratura.
El 24 de octubre pasado, en efecto, el tribunal rechazó la demanda del gobierno contra el principal partido de la oposición (el Partido Popular Republicano, CHP), con la que pretendía anular el congreso de 2023 y la elección de su líder. La decisión de la justicia parecía haber relajado la presión del presidente Recep Tayyip Erdogan sobre su principal rival, con decenas de alcaldes y figuras de alto rango del partido procesadas o ya condenadas. El tribunal dictaminó que las (presuntas) irregularidades carecían de relevancia legal. En realidad pocos días después llegó la noticia de las nuevas acusaciones contra Imamoglu.
Analistas y expertos señalan que el nuevo ataque contra el alcalde es un intento del gobierno y del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) - derrotado en las urnas - de tomar el control de Estambul, una metrópoli de importancia estratégica. Imamoglu habla de "calumnias, mentiras y conspiraciones", pero lo cierto es que las acusaciones podrían permitir al gobernador designado por el Estado tomar el control de la ciudad por vía judicial. Según Atilla Yesilada, analista de GlobalSource Partners, el Ministerio del Interior turco tiene autoridad para despedir a Imamoglu y reemplazarlo con un fiduciario, lo que asestaría un golpe durísimo al partido de la oposición.
Por otro lado ya en septiembre pasado, y en medio del silencio internacional, el Poder Judicial - con el visto bueno del gobierno - destituyó a los líderes e intervino en Estambul al Partido Popular Republicano (CHP), principal movimiento de oposición del país. También hubo muchos arrestos de ciudadanos que salieron a las calles a manifestarse, junto con el bloqueo de internet y la prohibición de realizar manifestaciones, en un intento de "ahogar" el disenso y el descontento de la población que se opone a la deriva autoritaria del presidente Recep Tayyip Erdogan. La represión forma parte de una campaña más amplia que se ha intensificado después de los aplastantes triunfos de la oposición en las elecciones locales de marzo de 2024. Desde octubre del año pasado los fiscales y la policía comenzaron a abrir investigaciones sobre corrupción y terrorismo que condujeron a cientos de arrestos, entre ellos el del alcalde de Estambul en marzo, la figura más destacada que ha acabado en prisión. Decenas de alcaldes y administradores del CHP se encuentran en la cárcel a la espera de juicio, con repercusiones incluso económicas debido a las turbulencias en los mercados y la preocupación de los inversores extranjeros. Por su parte el partido ha trasladado la sede provincial a Estambul, en un intento de escapar de la presión de la magistratura.
Mientras en el frente interno el gobierno de Ankara y el presidente Erdogan incrementan la represión contra opositores y críticos, a nivel internacional buscan capitalizar el papel de actor regional en el frente de Oriente Medio y consolidar su rol en la tregua en Gaza y la naciente fuerza de estabilización. Un objetivo bien representado por la foto en Sharm el-Sheikh en la que Erdogan aparece en primera fila junto al anfitrión Abdel Fattah al-Sisi y el presidente de EE. UU. Donald Trump, artífice del plan de paz para la Franja. Incluso en las últimas horas Erdogan ha insistido en garantizar a Ankara un papel en la resolución de diversas crisis, desde Siria hasta Ucrania y la Franja. "Ahora existe una Turquía en la región y en el mundo - afirmó el presidente - reconocida por su promesa de exportar paz y estabilidad" como "potencia global", en una perspectiva de "paz, armonía y estabilidad". El esfuerzo de liderazgo turco habla de paz, pero no duda en exhibir su fuerza: en estas horas se espera en Turquía la visita del primer ministro del Reino Unido Keir Starmer para discutir la venta, actualmente pendiente, de 40 aviones Eurofighter Typhoon, que según las intenciones de Erdogan deberían reforzar la flota de cazas junto con los F-16 y F-35 de EE. UU.
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