La alegría de los agustinos recordando las numerosas visitas de Prevost a Asia
La familia religiosa de la que el nuevo pontífice fue prior general durante 12 años tiene una larga historia de presencia misionera en el continente que comenzó con la basílica de San Nino en Cebú. Los hermanos de India e Indonesia lo describen como «un hombre profundamente espiritual, capaz de escuchar». En el escudo figura una frase de Agustín y el corazón ardiente atravesado por una flecha sobre un libro, símbolo de la orden.
Milán (AsiaNews) - El nuevo Papa León XIV procede de la orden religiosa de los agustinos, de la que también fue prior general durante 12 años. Una gran familia religiosa de más de 2500 sacerdotes y laicos consagrados presentes en 50 países que tiene una larga historia misionera también en Asia. No es de extrañar, por tanto, que desde todo el continente sean hoy muchas las comunidades que recuerdan la visita y sus encuentros con Robert Prevost, el cardenal que el cónclave eligió para dirigir la Iglesia después del Papa Francisco.
Las raíces de la presencia agustiniana en Asia conducen a Filipinas, donde los primeros misioneros llegaron desde México ya en 1565, estableciéndose en Cebú, la ciudad de la venerada imagen de San Nino cuya basílica custodian aún hoy. Desde allí su presencia se extendió a muchos otros países del continente: de la India a China, de Tailandia a Vietnam, de Japón a Corea del Sur e Indonesia.
En un comunicado emitido desde Manila, el Provincial de la Orden para Filipinas, P. Dante M. Bendoy, describió la elección de León XIV como «una bendición divina, no sólo para la Orden de San Agustín, sino para toda la Iglesia universal». El P. Robert Prevost visitó Filipinas en septiembre de 2010 con motivo del Capítulo General Intermedio. «Dejó una impresión indeleble en nosotros», continuó el Prior de Filipinas. Guardamos el recuerdo de su cálida presencia, de la misa que celebró con nosotros, de su humildad. Su elección es un gran don, pero también un desafío: una cruz que llevar por el bien de la Iglesia».
El Papa León XIV también visitó la India en dos ocasiones durante su mandato como Prior General: las visitas de 2004 y 2006 le llevaron a varias comunidades agustinianas de Kerala y Tamil Nadu. Durante su primera visita, en 2004, permaneció más de una semana en las casas agustinianas de Mariyapuram, Aluva (en la archidiócesis de Verapoly) y Edakochi (en la diócesis de Cochin), ambas situadas en el distrito Ernakulam de Kerala. En particular, el 22 de abril de 2004 concelebró la Misa de ordenación sacerdotal de seis diáconos agustinos junto con el entonces arzobispo de Verapoly, monseñor Daniel Acharuparambil, en la iglesia de San Francisco Javier, en Kathrikadavu, en el distrito de Kaloor. En octubre de 2006, cuando regresó a la casa agustiniana de Mariyapuram para asistir al Encuentro Asia-Pacífico de la Orden de San Agustín celebrado en Aluva.
«Era una persona increíblemente sencilla, con los pies en la tierra y siempre dispuesta a adaptarse», recuerda el padre Jacob Mullassery, que le acompañó en ambas visitas. Nunca pedía un trato especial. Viajaba en vehículos pequeños y no dudaba en alojarse en habitaciones modestas con instalaciones básicas en Aluva y Edakochi. Su humildad nos conmovió profundamente».
P. Metro Xavier lo describe como «un hombre profundamente espiritual» que «pasaba mucho tiempo en adoración eucarística silenciosa. Demostró un profundo amor por la Iglesia y un gran respeto por su magisterio». El P. Wilson Injerappu, vicario regional de los agustinos en la India, expresó alegría y esperanza: «Tener a un agustino como Santo Padre es una gran bendición para nosotros. También nos recuerda nuestra responsabilidad de rezar continuamente por él y apoyar su misión con nuestras oraciones y sacrificios».
Los agustinos de Indonesia recuerdan también los encuentros que tuvieron con él cuando visitó las comunidades locales en 2003. El P. Jan Pieter Fatem -actual responsable del vicariato «Totus Tuus» de Papúa-Indonesia- lo describió como «un verdadero agustino, que llevaba la vida comunitaria con gran entusiasmo. Para mí, personalmente, es un hombre sencillo, sabio, lleno de amor y buen oyente. Como hermano, siempre ha sido considerado como un verdadero manual 'andante' de nuestra espiritualidad agustiniana». A este respecto, cabe mencionar que el símbolo de la orden -el corazón ardiente atravesado por una flecha, colocado encima de un libro- destaca también en el escudo episcopal de Prevost, junto con el lema In Illo unum uno («En el único Cristo somos uno»), que se hace eco de las palabras de san Agustín en su comentario al Salmo 127.
La hermana Felisitas, religiosa agustina de la provincia de Kalimantan Occidental, recuerda la informalidad de sus encuentros con él en el Encuentro Mundial de Jóvenes Agustinos de Londa y en otra reunión de la orden en Sydney. «Es una persona con un fuerte sentido de la hospitalidad, siempre con una cara sonriente. Para todos los agustinos del mundo es un verdadero hombre de oración».
12/10/2015
26/04/2019 10:51