León XIV en Turquía: 'puente' de unidad y de paz desde sus primeras palabras
El pontífice comenzó en Ankara su primer viaje apostólico con la imagen del puente de los Dardanelos como símbolo de unión entre Asia y Europa, pero también entre las "diferentes almas" internas del país. Invitó a favorecer la "cultura del encuentro" promovida por el Papa Francisco y también por Roncalli, que fue delegado apostólico en Estambul hace ya noventa años. Llamó a una dimensión "pública" del amor contra la "ley de la fuerza".
Ankara (AsiaNews) - Un puente. Entre dos orillas opuestas. Entre Oriente y Occidente, entre Asia y Europa. Entre una persona y otra. Entre culturas, religiones y pueblos diferentes. Entre Dios y la humanidad. Esta es la imagen que acompaña el primer viaje apostólico de León XIV, que hoy lo ha conducido a Turquía (Türkiye), donde aterrizó —en Ankara, la capital política— a las 10:22 hora local. El Puente de los Dardanelos, suspendido entre Galípoli y Lapseki, que está representado en el logo oficial de la visita, es la metáfora que ha evocado el Papa en su primer discurso en tierra turca, en la Biblioteca Nacional, durante el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. “Expresa con eficacia el papel especial de su país —afirmó—. Ustedes ocupan un lugar importante en el presente y en el futuro del Mediterráneo y del mundo entero, sobre todo valorizando sus diversidades internas”.
Prevost despegó de Roma a las 7:58 a bordo de un Airbus 320neo de la compañía aérea Ita Airways, para su primer viaje como Papa fuera del Vaticano e Italia. Unidad y paz son los valores que lo acompañan, primero en Turquía y luego en Líbano. A bordo del avión, lo reiteró a los periodistas, con quienes dialogó ya en el viaje de ida, siguiendo una tradición que inauguró Bergoglio. La unidad está profundamente relacionada con los 1700 años del Concilio de Nicea que se celebrará mañana en Iznik. La paz, con el fragor de las armas en Oriente Medio. “Más allá de las diferencias, más allá de las diferentes religiones, de los diferentes credos, todos somos hermanos y hermanas y esperamos promover la paz y la unidad en todo el mundo”, dijo el Papa a la prensa.
En el primer discurso del Papa y en todos los actos de la visita, la Santa Sede está utilizando para referirse al país el nombre Türkiye, en vez de Turquía. Esta decisión responde a la campaña del presidente Erdogan que desde 2022 pide que se prefiera el nombre en turco incluso a nivel internacional.
El pontífice visitó primero el Mausoleo dedicado a Mustafa Kemal Atatürk, fundador y primer presidente de la Turquía moderna. Luego, el palacio presidencial, donde saludó a Recep Tayyip Erdogan, que cumple su tercer mandato como presidente de la república. La bienvenida incluyó la ejecución de himnos tradicionales, una salva de veintiún cañonazos y el desfile de la guardia de honor. Posteriormente se trasladó a la Biblioteca Nacional. En su saludo, Erdogan expresó su aprecio por la visita papal —que sigue a las de Pablo VI en 1967, Juan Pablo II en 1979, Benedicto XVI en 2006 y Francisco en 2014—, subrayando el compromiso de Turquía, que ha restaurado 150 lugares de culto desde 2022 hasta hoy, y refiriéndose a la diversidad cultural y religiosa como una oportunidad para la unidad —un puente— y no una separación. Recordó también el compromiso de Turquía de acoger a la comunidad refugiada de Siria, así como su apoyo a la solución de dos Estados para Palestina e Israel, e hizo referencia a las 70 mil personas asesinadas en Gaza desde el 7 de octubre de 2023.
En su discurso, el Papa León XIV elogió la “belleza natural” y la “riqueza cultural, artística y espiritual” de Turquía; características en las que se pone de manifiesto el “encuentro entre generaciones, tradiciones e ideas diversas”, que se convierten en “unidad”. Prevost recordó luego la “responsabilidad” de ser un “pueblo con un gran pasado”. Refiriéndose a la imagen del Puente de los Dardanelos —el puente colgante más largo del mundo— afirmó que este, antes de conectar dos continentes, “une a Türkiye consigo misma”. Es decir, une simbólicamente la “encrucijada de sensibilidades” del País. Y añadió que “una sociedad está viva si es plural; los puentes entre sus diferentes almas son los que la convierten en una sociedad civil”.
Pero hoy “las comunidades humanas están cada vez más polarizadas y desgarradas por posiciones extremas, que las fragmentan”, señaló. Y con respecto a la unidad en la sociedad turca de mayoría musulmana, el Papa dijo que las comunidades cristianas “desean contribuir positivamente”. León XIV recordó las palabras de San Juan XXIII, apodado “el Papa turco” por la amistad que lo unía al país, donde fue administrador del Vicariato Latino y delegado apostólico, y alentaba a los católicos a contribuir al nacimiento de la República. Roncalli escribió: “Parece lógico que cada uno se ocupe de sí mismo, de su tradición familiar o nacional, manteniéndose dentro del círculo limitado de su propia comunidad [...]. Queridos hermanos e hijos: debo decirles que a la luz del Evangelio y del principio católico, esta es una lógica falsa”.
Prevost reconoció el “progreso logrado” desde entonces, e invitó expresamente a adherir a lo que el Papa Francisco definía como la “cultura del encuentro”, que se opone a la “globalización de la indiferencia”. Es decir, “la invitación a sentir el dolor ajeno, a escuchar el grito de los pobres y de la tierra, inspirando de esa manera una acción compasiva, reflejo del único Dios”, explicó en el primer discurso del viaje apostólico. Volviendo a la imagen del puente, el Papa siguió diciendo: “Dios, al revelarse, estableció un puente entre el cielo y la tierra […]. Es un puente colgante, grandioso, que casi desafía las leyes de la física: así es el amor, que, además de la dimensión íntima y privada, posee también una dimensión visible y pública”.
Una dimensión “pública” marcada por “la justicia y la misericordia”, que se oponen a la “ley de la fuerza”, añadió y que presupone “que la compasión y la solidaridad sean consideradas criterios de desarrollo”. El Papa León XIV añadió que hoy “honrar la dignidad y la libertad de todos los hijos de Dios” es el “gran desafío, que debe remodelar las políticas locales y las relaciones internacionales”. Especialmente ante la “evolución tecnológica” y la presencia de las “inteligencias artificiales”, que de otro modo podrían “acentuar las injusticias, en vez de contribuir a disiparlas”.
“Se necesitan personas que favorezcan el diálogo y lo practiquen con firme voluntad y paciente tenacidad”, dijo el Papa. Insistió también en la “fase de fuertes conflictos” que atraviesa el mundo, en la que “prevalecen estrategias de poder económico y militar”. “¡No hay que ceder en modo alguno a esta deriva!”, dijo. Los “verdaderos retos” son “la paz, la lucha contra el hambre y la miseria, la salud y la educación y la salvaguarda de la creación”.
Prevost habló de “familia humana” como de un “puente” que une “los destinos de todos y la experiencia de cada uno”. “La familia conserva una gran importancia en la cultura turca y no faltan iniciativas para apoyar su centralidad”, dijo. Lo que se debe apreciar de manera particular son las acciones de “apoyo a la familia y a la contribución femenina”. “No es desde una cultura individualista, ni desde el desprecio del matrimonio y la fecundidad, desde donde las personas pueden obtener mayores oportunidades de vida y felicidad”. El Papa advirtió contra el “engaño de las economías consumistas”, y aconsejó responder con una “cultura que valore los afectos y los vínculos”. Una vez más, puentes. Y dirigiéndose a Erdogan: “Señor Presidente, que Türkiye sea un factor de estabilidad y de acercamiento entre los pueblos, al servicio de una paz justa y duradera”.
23/12/2015
10/05/2025 14:10
