13/08/2025, 19.49
VATICANO
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León XIV: 'El amor no puede prescindir de la verdad'

Esta mañana, Prevost continuó el ciclo de audiencias jubilares sobre el tema "Jesucristo, nuestra esperanza". El comentario al episodio evangélico de la traición de Judas: "Jesús no denuncia para humillar. Dice la verdad porque quiere salvar". El encuentro se trasladó al Aula Pablo VI debido a las temperaturas extremas en Roma. Por la tarde, el Papa se trasladará a Castel Gandolfo.

 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "El amor, cuando es verdadero, no puede prescindir de la verdad", dijo esta mañana el Papa León XIV cuando comentó la escena "íntima y dramática" del Evangelio de Marcos en la que Jesús, en los últimos instantes de su vida, revela a los doce discípulos que alguien lo va a traicionar. Las palabras que pronunció —"uno de ustedes me va a entregar: uno que está comiendo conmigo" (Mc 14, 18)— son palabras "contundentes", no de condena, sino de amor. "No levanta la voz, no señala con el dedo, no pronuncia el nombre de Judas. Habla de tal modo que cada uno pueda cuestionarse a sí mismo", explicó el pontífice, continuando en el Aula Pablo VI las audiencias jubilares de los miércoles sobre el tema "Jesucristo, nuestra esperanza".

El encuentro de hoy se trasladó a la gran sala de audiencias debido a las elevadas temperaturas previstas para hoy en Roma. Los que no pudieron ingresar, de todos modos pudieron seguir las lecturas y las palabras del Papa en las pantallas gigantes ubicadas en la plaza de San Pedro y en el Patio Petriano, cerca de la actual residencia de Prevost, el palacio del Santo Oficio. "Esta mañana tendremos la audiencia en diferentes lugares, en diferentes momentos, para resguardarnos un poco del sol y del intenso calor", dijo León XIV a los miles de participantes, improvisando, en inglés, al principio. "Les agradecemos su paciencia y damos gracias a Dios por el maravilloso don de la vida, del buen tiempo y de todas sus bendiciones". A estas palabras siguió la traducción del mismo pontífice al español y al italiano. Por la tarde, León XIV se regresará a Castel Gandolfo para un segundo periodo de descanso en la residencia de Villa Barberini.

Continuando con el comentario al Evangelio, el papa León XIV explicó que las palabras de Jesús traen a la sala preparada "con esmero" para la cena "un dolor silencioso, hecho de preguntas, de sospechas y de vulnerabilidad". Un dolor que todos pueden conocer cuando en las relaciones más cercanas "se infiltra la sombra de la traición". Inmediatamente, dice el evangelista, "ellos comenzaron a entristecerse y a preguntarle, uno tras otro: '¿Seré yo?'" (Mc 14,19). La pregunta de los discípulos "es quizá una de las preguntas más sinceras que podemos hacernos a nosotros mismos", dijo Prevost. "No es la pregunta del inocente, sino la del discípulo que descubre su fragilidad. No es el grito del culpable, sino el susurro de quien, aún queriendo amar, sabe que puede herir". La "denuncia" de Jesús no es para "humillar": dice en voz alta la verdad con el fin de "salvar".

"Para ser salvados hay que sentir: sentir que se está involucrado, sentir que se es amado a pesar de todo, sentir que el mal es real pero no tiene la última palabra", añadió el Papa. "Solo quien ha conocido la verdad de un amor profundo puede aceptar también la herida de una traición". De hecho, lo que sienten los discípulos no es rabia, sino tristeza. "Es un dolor que nace de la posibilidad real de estar involucrados". Un sentimiento que es lugar de "conversión", explicó León XIV: "El Evangelio no nos enseña a negar el mal, sino a reconocerlo como una ocasión dolorosa para renacer".

En referencia a otras palabras "duras" de Jesús -"¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!" (Mc 14,21)-, el pontífice señaló que no se trata de una "maldición", sino de un "grito de dolor", "una exclamación de compasión sincera y profunda". "Nosotros estamos acostumbrados a juzgar. Dios, en cambio, acepta sufrir. Cuando ve el mal, no se venga, sino que se entristece". Esta es la enseñanza que transmiten este episodio y las palabras pronunciadas por Jesús. "Precisamente allí, en el punto más oscuro, la luz no se apaga. Es más, comienza a brillar". En efecto, "Jesús no se escandaliza frente a nuestra fragilidad". "Esta es la fuerza silenciosa de Dios: no abandona nunca la mesa del amor, ni siquiera cuando sabe que lo dejarán solo", añadió León XIV.

La audiencia concluyó con la oración del Padre Nuestro en latín, cantada por el mismo pontífice, y la bendición apostólica, que se extendió "de manera especial" a los niños, ancianos y personas que sufren. También bendijo los objetos de devoción que habían llevado los fieles. En el saludo final a los peregrinos de habla italiana, el Papa recordó la Solemnidad de la Asunción, que se celebra dentro de dos días, el 15 de agosto. "Me complace exhortarles a dirigir constantemente su oración a la Virgen María", afirmó, "siguiendo su ejemplo al abrazar plenamente la vocación a la familiaridad con Dios y a la preocupación por cada ser humano".

 

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