ONU: explotación y esclavitud para los trabajadores bangladesíes en Malasia
Expertos de las Naciones Unidas instan a Daca y Kuala Lumpur a desmantelar las redes de reclutamiento fraudulento y proteger a los migrantes de los abusos. Entre los factores críticos se encuentra el «creciente endeudamiento». Los migrantes de Bangladés constituyen el grupo más numeroso de trabajadores extranjeros, con más de 800.000 permisos de trabajo activos en junio, lo que equivale al 37 % de la mano de obra extranjera total.
Kuala Lumpur (AsiaNews) - Un grupo de expertos de las Naciones Unidas ha renovado su preocupación por lo que se describe como la «explotación continua» de los trabajadores migrantes de Bangladés en Malasia, que se enfrentan a un «endeudamiento creciente» difícil de soportar a largo plazo. En una declaración a los medios locales, los expertos, que hacen referencia al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, se mostraron «profundamente preocupados» por las persistentes acusaciones de prácticas de reclutamiento fraudulentas y explotación laboral sistemática.
Estas prácticas, que siguen siendo habituales en todo el país, advierten los miembros de la ONU, continúan causando «graves violaciones de los derechos humanos de los trabajadores y sus familias». La información recibida por el organismo internacional indica que miles de migrantes han sido reclutados a través de Bangladesh Overseas Employment and Services Ltd, y que muchos de ellos habrían pagado comisiones de reclutamiento superiores en más de cinco veces al límite oficial.
A su llegada a Malasia, muchos se encontraron ya agobiados por pesadas y onerosas deudas. Además, una vez establecidos en el país del sudeste asiático, los trabajadores migrantes son víctimas de una serie de abusos, entre los que se incluyen: la confiscación de pasaportes; la promesa de trabajos inexistentes; discrepancias entre los contratos y las condiciones laborales reales; el intercambio no autorizado de datos personales; y, además, el acceso limitado a las ayudas del gobierno.
A algunos migrantes se les habría exigido pagos adicionales, mientras que a otros se les habría reasignado a trabajos o tareas diferentes a los propuestos en el momento de la contratación, sin su consentimiento. También se han denunciado casos de trabajadores obligados a firmar declaraciones falsas en las que afirmaban haber pagado solo las comisiones oficiales de contratación antes de salir de Bangladés.
Los expertos de las Naciones Unidas han expresado su preocupación por el hecho de que un reducido grupo de agencias de contratación siga dominando el flujo de mano de obra entre los dos países. Se trata de actividades y organismos que funcionan como si fueran un sindicato cerrado, que puede aprovechar una práctica generalizada de corrupción, falta de transparencia y explotación sistemática de los migrantes. Por ello, también hacen un llamamiento a los gobiernos de Kuala Lumpur y Daca para que adopten «medidas más estrictas» para combatir el tráfico de seres humanos.
Bangladés, explican, debería «reforzar la supervisión de las agencias de contratación, prohibir las comisiones a cargo de los trabajadores, proporcionar formación previa a la salida sobre los derechos de los trabajadores y establecer canales eficaces para que los migrantes puedan denunciar los abusos y buscar soluciones». Al mismo tiempo, se pide a Malasia que «refuerce» las protecciones y garantías contra «la explotación laboral y la detención arbitraria, investigue las violaciones, indemnice a los trabajadores afectados y desmantele las redes de explotación que se benefician del sistema de contratación».
«Instamos a ambos gobiernos a que intensifiquen sus esfuerzos para garantizar que los trabajadores migrantes no sean criminalizados o victimizados de nuevo y que las agencias de contratación fraudulentas y otros responsables rindan cuentas de sus actos», afirma la nota de la ONU. Los migrantes de Bangladés constituyen el grupo más numeroso de trabajadores extranjeros en Malasia, con más de 800.000 permisos de trabajo activos en junio, lo que representa el 37 % de la mano de obra extranjera total. A pesar de su importante presencia en sectores clave de la economía nacional, muchos de ellos siguen luchando contra las deudas, el engaño y las condiciones de trabajo que rozan la explotación, cuestiones que han provocado protestas y demandas de reformas.
