Se levantó el embargo de armas: el premio (inmediato) de Trump a Phnom Penh
Pocos días después de firmar el acuerdo con Tailandia para enfriar el conflicto (que de ninguna manera ha terminado) por la frontera en disputa, la administración estadounidense revocó la medida adoptada en 2021 por Biden. La medida está directamente relacionada con el enfrentamiento con China por la base de Ream, pero también con la cuestión de los derechos humanos en Camboya (que desde entonces ha sufrido nuevos retrocesos).
Washington (AsiaNews/Agencias) - Estados Unidos ha levantado el embargo al comercio de armas con Camboya. La medida llega pocos días después de la firma del acuerdo de alto el fuego con la vecina Tailandia que tuvo lugar la semana pasada ante la fuerte insistencia de Donald Trump, al margen de la cumbre de la ASEAN en Kuala Lumpur, tras la mediación en el conflicto que duró varios días el verano pasado y dejó decenas de muertos y miles de desplazados.
La administración Biden impuso la prohibición de exportación de armas a Phnom Penh en 2021 alegando la creciente influencia militar de China en el país, así como preocupaciones relacionadas con los derechos humanos y la corrupción. Ahora el Secretario de Estado de la administración Trump, Marco Rubio, ha levantado las restricciones. “Sobre la base del firme compromiso de Camboya de trabajar por la paz y la seguridad, incluso a través de un renovada colaboración con Estados Unidos en materia de defensa y de lucha contra la criminalidad transnacional – dice una nota publicada en el Federal Register - el Secretario de Estado ha decidido levantar el embargo al comercio de armas con Camboya”. El comunicado especifica que a partir de este momento las ventas de armas a Camboya serán autorizadas caso por caso y estarán sujetas a criterios específicos.
Esto supone una clara recompensa para Phnom Penh, que en los últimos días no ha dejado de halagar a Washington. Incluso el primer ministro Hun Manet informó que había presentado el apoyo del país a la candidatura de Trump para el premio Nobel de la paz.
No está claro, en cambio, cómo se han superado las preocupaciones estadounidenses sobre la influencia militar china en Camboya. Durante años funcionarios de Defensa de EE. UU. han expresado temores por la expansión de la base naval de Ream, que podría proporcionar a China un puesto de avanzada cerca de las aguas del Mar de China Meridional en disputa. Por su parte el Secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, al margen de un encuentro en Malasia con su homólogo camboyano, Tea Seiha, ya había acordado el 31 de octubre la reanudación de los ejercicios militares conjuntos Angkor Sentinel, suspendidos desde 2017.
Con respecto a la cuestión de los derechos humanos, lo cierto es que no se ha logrado ningún avance en Phnom Penh. A finales de agosto, aprovechando la ola nacionalista que desató el conflicto con Tailandia, el presidente del Senado Hun Sen — padre del actual primer ministro y quien realmente tiene las riendas del poder — hizo aprobar una ley que permite revocar la ciudadanía camboyana a quienes sean juzgados en connivencia con un país extranjero o responsables de acciones que se consideren perjudiciales para la soberanía, la integridad territorial y la seguridad nacional.
Las asociaciones de derechos humanos han denunciado que en realidad se trata de una nueva arma contra la disidencia, que en la práctica ya resulta imposible en el país. Actualmente en Camboya hay más de 60 activistas políticos encarcelados y otros en el exilio, condenados por delitos que van desde la instigación hasta la traición.
Uno de los casos más ilustres es el de Theary Seng, activista cristiana y curadora de la Biblia Jemer con doble ciudadanía camboyano-estadounidense, que todavía se encuentra en prisión. Políticos de la oposición como Sam Rainsy y Mu Sochua, ambos con doble nacionalidad y en el exilio tras ser condenados por traición, también podrían perder la ciudadanía. Kem Sokha, otro líder de la oposición actualmente condenado a 27 años por traición, y los ambientalistas del movimiento Madre Naturaleza, que llevan un año en prisión por "conspiración" contra el gobierno, tienen opciones mucho más limitadas ya que solo poseen la ciudadanía camboyana.
03/10/2025 16:15
