Tokio, «líder mundial» en la extracción de tierras raras en aguas profundas
En enero, el país del Sol Naciente intentará encontrar minerales en el fondo del océano, en aguas de la ZEE. Japón, junto con Estados Unidos, India y Australia, quiere disputarle a China el liderazgo en el sector. La prueba para recuperar sedimentos a 5500 metros de profundidad es la primera del mundo. El objetivo es «probar el funcionamiento de los equipos».
Tokio (AsiaNews) - A partir del próximo mes de enero, Japón intentará extraer minerales de tierras raras del fondo del océano, en el experimento más profundo y elaborado jamás intentado en este sector. Así lo declaró ayer el director de un programa gubernamental avanzado de innovación, en un contexto de creciente competitividad en el control de un componente fundamental que, en este momento, en lo que respecta a la superficie, está disponible en un 98 % en China. Los 17 elementos que forman las tierras raras son esenciales en la fabricación de superconductores, en las baterías de los vehículos eléctricos o híbridos y en el montaje de la fibra óptica. Además, el experimento llevado a cabo por el Gobierno de Tokio se centra especialmente en una zona marítima, la de la región de Asia-Pacífico, en la que se registra una creciente competencia entre países que podría desencadenar futuros conflictos en una fase de creciente tensión.
A principios de esta semana, el país del Sol Naciente se comprometió a colaborar con Estados Unidos, India y Australia para garantizar un suministro estable de minerales críticos, mientras crece la preocupación por el dominio de Pekín sobre los recursos vitales para las nuevas tecnologías. Las tierras raras, 17 metales difíciles de extraer de la corteza terrestre, se utilizan en diversas aplicaciones, incluso en discos duros, turbinas eólicas e incluso misiles. Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, China representa casi dos tercios de la producción minera de tierras raras y el 92 % de la producción mundial refinada.
En 2012, los investigadores identificaron grandes reservas de elementos de tierras raras en los lodos japoneses, encontrados a unos 6000 metros de profundidad. «Hasta ahora, Japón es el único país del mundo» que los ha encontrado «en las aguas de su zona económica exclusiva», observa Yoshihisa Kawamura, de la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología Marina-Terrestre (Jamstec). Los lodos de tierras raras solo se encuentran en regiones de aguas profundas, una característica propia de los océanos, en particular del Pacífico. La zona económica exclusiva (ZEE) del país ocupa el sexto lugar en el mundo en superficie, pero el cuarto en volumen. Menos del 30 % de la ZEE japonesa se encuentra a una profundidad inferior a 2000 metros, la profundidad máxima alcanzada en proyectos anteriores de extracción del fondo marino. «Una tecnología capaz de realizar mediciones a 6000 metros de profundidad —observa Kawamura— nos permitiría alcanzar el 94 % de los fondos oceánicos del país».
Volviendo al experimento, un buque de perforación científica en aguas profundas, llamado Chikyu, realizará a principios del próximo año un «crucero de prueba» para recuperar sedimentos del fondo oceánico que contienen elementos de tierras raras. Así lo ha declarado el director del Programa Interministerial de Promoción de la Innovación Estratégica Nacional, Shoichi Ishii. Interrogado por la AFP, el experto añadió que «la prueba para recuperar sedimentos a 5500 metros de profundidad es la primera del mundo». «El objetivo [...] de este crucero —precisó finalmente— es probar el funcionamiento de todos los equipos mineros», por lo que la cantidad de sedimentos extraídos «no tiene ninguna importancia» por el momento.
El Chikyu perforará en aguas económicas japonesas alrededor de la remota isla de Minami Torishima en el Pacífico, el punto más oriental del Sol Naciente, utilizado hasta ahora también como base militar. Según el diario económico japonés Nikkei, la misión tiene como objetivo extraer 35 toneladas de lodo del fondo del mar en un plazo aproximado de tres semanas. Además, se prevé que cada tonelada contenga alrededor de dos kilos de minerales de tierras raras, que a menudo se utilizan para producir imanes esenciales para la electrónica moderna.
Las extracciones en aguas profundas se han convertido en un punto álgido en el panorama geopolítico, y la inquietud y la preocupación no harán más que aumentar tras la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de acelerar esta práctica también en aguas internacionales. Además, desde el pasado mes de abril, Pekín exige licencias para la exportación de tierras raras desde China, una medida considerada como una represalia por las restricciones impuestas por la Casa Blanca a la importación de productos chinos.
Cabe recordar también la preocupación manifestada en repetidas ocasiones por los ecologistas, para quienes la extracción en profundidad constituye una amenaza para los ecosistemas marinos y altera los fondos marinos. A este respecto, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, que tiene jurisdicción sobre los fondos oceánicos fuera de las aguas nacionales, se reunirá a finales de julio para debatir un código global que regule la extracción en las profundidades oceánicas.