Farhan Masih, de 28 años y con trastornos mentales, fue detenido el 26 de enero y permaneció encarcelado durante cinco meses. Tras la denuncia de un vecino, las fuerzas del orden ni siquiera llevaron a cabo una investigación preliminar. Su madre declaró a AsiaNews: «Es un milagro. Que nadie más sufra por creer en Cristo». Los activistas: «La policía alineada con los extremistas. Medidas disciplinarias para los agentes implicados».
Mientras la Asamblea local aprueba una controvertida ley antiterrorista que permite detenciones de tres meses sin cargos, las organizaciones de derechos humanos lanzan un nuevo llamamiento contra la represión de los activistas. Preocupan los recientes casos de estudiantes de los que no se tiene noticia, un fenómeno que se inscribe en un contexto decenal de reivindicaciones autonomistas y violaciones de los derechos humanos.
Las fuerzas policiales obligan a los fieles a firmar declaraciones (ilegales) en las que se comprometen a no celebrar los ritos, ni siquiera en sus casas particulares. Fuentes locales informan de personas detenidas o víctimas de abusos. Recientemente, un apreciado médico, Sheikh Mahmood, fue asesinado en Sargodha por ser ahmadí. Llamamiento al Gobierno por parte de grupos activistas y ONG para la protección de los derechos y la libertad religiosa.
El pastor Victor George fue amenazado por un vecino llamado Muhammad Naseer. Lo acusó de rezar en su casa con su familia. Confiesa a AsiaNews que está "profundamente preocupado" por su familia. Activistas denuncian los "crímenes de odio" perpetrados contra las minorías, que aprovechan las leyes sobre la blasfemia.
El prelado visitó personalmente las zonas más afectadas en las últimas semanas por el enfrentamiento militar entre Delhi e Islamabad. Los bombardeos "mataron a muchas personas" y "destruyeron cientos de casas, tiendas, vehículos y otras infraestructuras". La situación ahora "parece estar mejorando" pero persiste el temor a "nuevos ataques".
Refugiados afganos que se encuentran en Pakistán necesitan urgentemente protección internacional y cumplirían los criterios para ser reasentados en terceros países. Sin embargo, las expulsiones hacia Afganistán talibán continúan: solo en abril, más de 300.000 personas regresaron desde Pakistán e Irán, agravando una crisis humanitaria ya fuera de control debido a los altos niveles de pobreza. Mientras tanto, Kabul, Beijing e Islamabad tejen nuevos equilibrios geopolíticos.