Al-Sabaileh: Israel y los siete frentes de guerra en un Oriente Medio 'individualista'
Según el experto jordano, el objetivo final del gobierno de Netanyahu "va más allá" de derrotar a Hamás y de redefinir las fronteras. Cisjordania se convierte en una "oportunidad para aprovechar" con vistas a la anexión. La debilidad de la Autoridad Palestina y de la comunidad internacional, el nuevo paradigma de los Acuerdos de Abraham. Entre los países de la región hay "más tácticas que alianzas".
Milán (AsiaNews) - De Gaza a Cisjordania, de Irán a Yemen, Israel se enfrenta hoy a "siete frentes abiertos" que están "vinculados" entre sí, y lo que está ocurriendo en la Franja es "parte de un escenario mucho más amplio", explica a AsiaNews el profesor y geopolítico Amer Al Sabaileh, experto en asuntos de Oriente Medio, seguridad internacional y políticas de procesos de paz en zonas de conflicto. El estudioso, que colabora con varios medios, entre ellos The Jordan Times, analiza los recientes acontecimientos regionales. Con respecto al anuncio del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de ocupar Gaza, afirma que "la situación no es sencilla, debido a la densidad demográfica y la posición geográfica". Sin embargo, en estos dos años el Estado judío ha logrado "debilitar a Hamás", aunque el objetivo final "va más allá" de la derrota del movimiento palestino y rediseñar las fronteras. "Lo que está sucediendo", afirma, "es parte de una presión cada vez mayor por parte de Israel para lograr el vaciamiento demográfico", que es uno de los temas principales junto con la "crisis humanitaria provocada por la guerra".
Israel: objetivo anexión
Más allá de Gaza, "sin duda Cisjordania es uno de los frentes" estratégicos en una perspectiva de "seguridad regional" para Israel, y esto "también coincide con la ambición política de algunos partidos" [de extrema derecha] que ven "una oportunidad que se puede aprovechar". Esta necesidad de seguridad, afirma Al Sabaileh, "surgió después del 7 de octubre [de 2023, con el ataque de Hamás]" y lleva a considerar Judea y Samaria [Cisjordania] como "un frente de amenaza" para el Estado judío, lo que, a los ojos de los israelíes, "justifica lo que están haciendo". Dos años de guerra han delineado claramente uno de los objetivos de la derecha religiosa y radical israelí, que apunta a "la anexión de estos territorios" vaciando a Cisjordania "de ciudadanos palestinos". "Y esto", subraya el experto jordano, "podría suceder" como consecuencia de la política que busca garantizar "la seguridad" del Estado y por "la incapacidad de la Autoridad Palestina, y de Hamás, para frenar" las ambiciones israelíes.
En este contexto se forma una visión diferente —y adquieren un valor distinto— de los Acuerdos de Abraham que, aunque siguen siendo importantes para Israel, ceden el paso a "cuestiones prioritarias" para el liderazgo actual, que considera "amenazada" su propia existencia. "Creo que el concepto de los acuerdos", subraya Al Sabaileh, "no es primordial", sobre todo en la relación con el mundo árabe del Golfo, "si Estados Unidos logra extenderlo a naciones externas al contexto actual de conflicto". "Estos países que no son de la región, pero que son musulmanes sunitas, como Malasia y/o Azerbaiyán, representan una posibilidad - sigue diciendo - para que Israel mantenga vivos los Acuerdos de Abraham, pero al mismo tiempo no se vea obligado a aceptar compromisos ni a hacer concesiones para convencer a Estados árabes como Arabia Saudita, por ejemplo".
Debilidad internacional
En el actual panorama de conflicto exacerbado y de amenaza de ocupación total de la Franja, resulta aún más evidente "la incapacidad de la comunidad internacional para intervenir o encontrar soluciones". La escalada bélica tiene su origen en el drama del 7 de octubre y esto representa para los líderes políticos e institucionales una "justificación", en Gaza y en toda la región de Oriente Medio. Además, ejercer presión sobre Israel, añade, "podría ser hoy un punto a favor de Hamás, más que un apoyo a la cuestión palestina". Luego está "la posición estadounidense" de "apoyo explícito" al gobierno de Netanyahu, que "ha dejado poco margen de maniobra" para encontrar nuevas vías diplomáticas que puedan prevalecer sobre la opción militar o "imponer una tregua". Ni siquiera la solución francesa "puede representar una receta plausible" porque "reconocer un país en el plano teórico, o incluso político, no garantiza", afirma, "el fin del conflicto", entre otras cosas porque plantea la cuestión "de quién lo representa: Hamás, Fatah, que ya están divididos, u otro grupo palestino". "En el conflicto con Hamás - advierte - el reconocimiento del Estado palestino no puede ofrecer la resolución a la crisis; al contrario, podría degenerar" con medidas aún más radicales y hostiles "hacia la anexión de Cisjordania" en un contexto "más espinoso y sin retorno".
La diplomacia saudita tampoco parece tener muchas cartas que jugar, a pesar de que Riad se sigue considerando "heredera de la iniciativa de paz árabe", porque "se da cuenta de la complejidad de la situación, sobre todo en términos de seguridad". El mismo tema de la eliminación de Hamás era una cuestión abierta para el mundo árabe y las monarquías del Golfo, aunque "ningún país o fuerza árabe quería realmente afrontar este escenario". Por eso, cualquier movimiento político o diplomático "no tendrá ninguna posibilidad de traducirse en elementos concretos" capaces de influir en las decisiones de Israel. "Considerando lo sucedido", afirma Al Sabaileh, "la cuestión de la paz con Arabia Saudita ya no reviste la misma importancia que antes, sobre todo si Washington, como se ha dicho, impulsa una 'normalización' con otras realidades del mundo musulmán". "Por eso", advierte, "debemos darnos cuenta de que el valor de la paz con los sauditas no tiene, hoy, la fuerza para ejercer una presión real o para representar un incentivo serio para Israel".
Panorama regional complejo
Desde Irán hasta el Líbano, desde Yemen hasta Siria, sin olvidar Irak o Jordania, hay muchos frentes abiertos que corren el riesgo de estallar. En lo que respecta al conflicto con Teherán, es probable "una reanudación incluso a corto plazo", porque la llamada "guerra de los 12 días" fue fundamental "para atacar" a la República Islámica en su interior y abrir su espacio aéreo. "De esa manera se preparó el terreno", continúa, "para futuras intervenciones, tanto a nivel de inteligencia como en operaciones ambiguas", como ya ocurre "todos los días" dentro de Irán. "Se espera un regreso de Israel a Irán", subraya, "para completar el escenario iraní, quizás de una manera diferente" a lo que se ha visto en las últimas semanas, con el objetivo principal de "debilitar el régimen desde dentro". "El estilo de la intervención israelí podría cambiar, pero una segunda confrontación parece inminente y para evitar este escenario [Teherán] tiene como única posibilidad 'ocupar' a Israel dentro de sus propias fronteras". En esta perspectiva, vuelve a cobrar protagonismo el tema de los grupos satélite y "proxy" desde Líbano hasta Siria, incluyendo a los hutíes en Yemen o los grupos chiitas en Irak, utilizando "lo que le queda a Irán de lo que alguna vez fue la unidad de los frentes".
Jordania es otro país que "sufre", sobre todo ahora que emerge con fuerza la cuestión "del sur de Siria" en términos de "grupos terroristas, narcotráfico y comercio de armas". Incluso el conflicto entre drusos y beduinos en Al-Suwayda también "abre un escenario interno" para Amán, porque "los mismos componentes forman parte de la sociedad jordana, con el riesgo de exportar" el enfrentamiento. También Cisjordania "representa un desafío" para el reino Hachemita, que "tendrá que enfrentarse a un momento de la verdad" cuando Israel "complete la anexión y empiece a empujar a la población palestina fuera de la frontera". Otro factor de inestabilidad está relacionado con el gobierno sirio que "podría caer", un escenario que Turquía observa con atención por Turquía, que por su parte debe resolver "el problema interno representado por los kurdos" y la creciente represión de la oposición. "El cuadro en Oriente Medio", concluye Al Sabaileh, "es complejo, lo mismo que el panorama de alianzas" en el que se alternan "intereses compartidos y conflictos de intereses. Es cada vez más evidente una política individualista, que empuja a cada país a centrarse en su propio interés, creando más tácticas que alianzas".
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