Falleció el arzobispo Pitirim, el cantor de la 'Ortodoxia popular'
Una de las figuras más populares de la Iglesia Ortodoxa, falleció a los 65 años. Escritor y poeta, uno de los "bardos" de Putin y de la guerra en Ucrania, pero detestado por el patriarca Kirill. Pitirim fue elegido obispo de la capital de Komi en 1995, a los 34 años. Su estilo de comunicación sin formalismos era muy popular, sobre todo entre los jóvenes. Sus odas son un ejemplo de "obediencia al destino" de Rusia.
Falleció repentinamente a los 65 años Pitirim (Volochkov), el arzobispo de Syktyvkar, en la república norteña de Komi, una de las figuras más populares de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Su personalidad era sin duda fuera de lo común. Escritor y poeta, autor de himnos y canciones sobre diversos temas, dedicados especialmente en los últimos años a Vladimir Putin y a la SVO, la "operación militar especial" en Ucrania, lo que lo hizo aún más famoso, a pesar de ser uno de los jerarcas menos tolerados por el patriarca de Moscú, Kirill.
Se lo conocía como "el archipastor de todas las Komi", una parodia del título patriarcal para la región del norte, que en el siglo XIV había sido el símbolo de la evangelización de las etnias ugrofinesas del norte de Rusia, en tiempos del renacimiento del monacato por obra de san Sergij de Radonezh y su discípulo san Stefan de Perm, apóstol de los Komi. En la blogosfera ortodoxa nadie creyó la noticia de su muerte, a una edad relativamente joven, sobre todo por su gran vitalidad, que desbordaba las redes sociales. Incluso su secretario, el archimandrita Filipp (Filippov), desmintió hasta el último momento las noticias y explicó que "su excelencia fue trasladado en ambulancia, pero pronto se recuperará", aunque finalmente debió rendirse ante la información definitiva de un infarto cardíaco. Pitirim nunca había tenido problemas graves de salud, siempre estaba alegre y activo y aparentaba mucha menos edad, con su barba y cabello castaños sin rastros de blanco, una gran sonrisa y siempre a disposición de todos.
El día antes de su muerte había asistido a un concierto en Syktyvkar, para la enésima celebración del comienzo de la Gran Guerra Patria. Con su "enfoque creativo", Pitirim había propuesto una nueva versión de la historia del 22 de junio de 1941 muy alejada de la verdad factual, según la cual, en el enfrentamiento con los nazis ese día, "murieron unos cien mil habitantes de Kiev" sobre un total de 900 mil, como "castigo divino por apoyar a los ejércitos del diablo", cuando es sabido que el ataque de Hitler no encontró verdadera oposición hasta las tres grandes capitales, Leningrado, Moscú y Stalingrado. Después del evento, el arzobispo celebró la Divina Liturgia, proclamando con gran emoción una homilía sobre los santos rusos cuyas reliquias se exponen a la devoción de los fieles, y concluyó diciendo que "nosotros somos hijos de Dios, ¿y los niños pueden alegrarse cuando en la sala hay un muerto dentro del ataúd? ¡Claro que pueden, si el muerto es un santo o un héroe!".
Pitirim era llamado el "obispo fragante" por el enorme éxito de su canción sobre "Ortodoxia como fragancia" (Pravoslavie – Blagoukhanie), donde se compara al fiel ortodoxo con el publicano que reza arrepentido, frente a la hipocresía del fariseo que se cree superior a todos, en una paradójica inversión de roles en el enfrentamiento entre las confesiones religiosas. Su carrera había comenzado siendo muy joven, como monaguillo y secretario del obispo de Krasnodar, en el sur de Rusia, Germogen (Orekhov), uno de los jerarcas del grupo de los nikodimtsy, los seguidores del metropolitano de Leningrado Nikodim (Rotov), principal artífice del compromiso entre la Iglesia rusa y el partido comunista en la época de Leonid Brezhnev, cuyo heredero más eminente es el actual patriarca Kirill.
Germogen prosiguió su carrera en países particularmente importantes para la política soviética como Siria, Israel y Suiza, mientras el joven Pavel (cuyo nombre de bautismo es Pitirim) se convirtió en diácono a los 22 años, luego en monje Pitirim al año siguiente y fue ordenado sacerdote "hieromonje" en 1987 - cuando todavía era la época soviética pero ya se estaban produciendo los cambios de Gorbachov - y lo destinaron a prestar servicio en la república de Komi. La joven edad de los monjes y sacerdotes era una característica de los nikodimtsy, y el propio Kirill se había convertido en obispo en 1976 con solo 29 años, extendiendo esta práctica a sus propios colaboradores, lo que siempre ha alimentado muchas sospechas sobre las relaciones entre los miembros de esta particular casta eclesiástica. El mismo Pitirim se convirtió finalmente en obispo de la capital de Komi en 1995, a los 34 años.
Su estilo se hizo enseguida muy popular, por su manera de comunicarse sin formalismos con la gente y sobre todo con los jóvenes, lo que le atrajo una fuerte aversión del entonces metropolitano Kirill (Gundyaev), responsable de las relaciones externas del patriarcado. Cuando Kirill, como patriarca, organizó la reforma administrativa de las sedes episcopales en 2010, Komi siguió siendo la única región en la parte europea de la Federación Rusa que no fue transformada en metrópolis, y Pitirim siguió siendo el único obispo de la generación dominante en los años noventa que no ascendió al rango de metropolitano. Recién en 2016 fue promovido de obispo a arzobispo, y ese mismo año también fue aceptado en la Unión de Escritores Rusos, consagrándose como figura excepcional en el panorama eclesiástico-cultural.
Si Kirill representa la clásica "Ortodoxia política" en la relación entre la Iglesia y el Estado en Rusia, y el metropolitano de Crimea, Tikhon (Shevkunov), el "padre espiritual" de Putin, es el máximo exponente de la "Ortodoxia ideológica" que justifica las pretensiones imperiales de Rusia como "Moscú-Tercera Roma", el arzobispo Pitirim era más bien el campeón de la "Ortodoxia popular", capaz de expresar los sentimientos de la gente común, que ve en la Iglesia la posibilidad de dar sentido a las mil contradicciones de la historia y de la política. Cuando se incorporó a la Unión de Escritores, publicó una "Oda a Putin", que elogia sus dotes y protecciones divinas:
La oración del presidente / san Ioann Kronstadtskij no olvidó / con los Rostros de la Trinidad en su habitación / lo acogió y lo bendijo. / Santa Lyubov de la Victoria, santa Irene / con los nombres gloriosos de la victoria y la paz / y santa Tatiana guardiana de la vida / todas ellas protegieron a nuestro Putin.
Al comienzo de la SVO en Ucrania, Pitirim fue el jerarca ortodoxo más explícito en la proclamación de la "misión divina" de Putin, presentándolo como "guía y profeta del pueblo", elegido directamente por Dios, y pretendía que el patriarca Kirill celebrara su coronación:
Estamos junto a nuestro presidente. / Vivir al estilo ruso con él es una bendición. / Estar con Cristo en el intelecto y el honor / y amar a Rusia con todo el corazón… / Nos guía como Moisés nuestro Putin, / él guarda en el corazón el Espíritu de Cristo. / ¡Dios es fuerte en él, Consejero prodigioso! / Al presidente le sean dadas la corona, la espada y el escudo.
Es difícil decir en qué medida son realmente sinceras estas expresiones, que se parecen mucho a una típica autoparodia de los excesos del espíritu ruso, capaz de exaltarse y de parecer irónico al mismo tiempo. Las odas de Pitirim son un verdadero ejemplo de "obediencia al destino" de Rusia, recitadas y cantadas siempre con particular énfasis y alegría, bailando rítmicamente para convertirlas en una escenificación abierta a cualquier interpretación, lo que corresponde fielmente al "consenso popular" de los rusos sobre su zar y su religión. En 2016 también fue nombrado gobernador de Komi Sergei Galikov, ex presidente de Olimpstroi, la empresa que había construido las faraónicas estructuras para los Juegos Olímpicos de Sochi, uno de los grandes sueños de gloria universal de Putin, y el arzobispo encontró un perfecto compañero de cantos elegíacos.
El propio Pitirim tenía una gran opinión de sus dotes poéticas: Dios me dio un cuerno espiritual / su sonido reúne a sus amados hijos en la iglesia… / Mi cuerno resuena en los versos / y las personas son inmensamente felices / llama a los moribundos al Salvador / y se les concede la vida para alegría de toda la tierra. Difundía sus obras sobre todo a través de la principal red social rusa VKontakte, aunque se pueden encontrar muchos poemas en la página web oficial de los escritores Stikhi.ru, y se calcula que compuso más de tres mil. Sus habitaciones estaban decoradas con colores vivos, sobre todo el rosa, y siempre se difundían aromas que confirmaban su himno sobre la "fragancia de la Ortodoxia", la versión "pop" de una religiosidad más natural que revelada, más popular que canónica, más paradójica que apocalíptica:
El aroma me recrea como un ser feliz, / el aroma es la palabra refinada de Cristo, / el león de melena dorada escudriña el corazón / sobre su cabeza resplandece la aureola. / El aroma reproduce la melodía / ¡Aleluya! – canta conmigo el Alma suprema. / El espíritu que respira me conoce / y vuela hacia Él, cuando Cristo llama.
Pitirim traducía las narrativas ultraconservadoras a través de una maraña de fantasías y autorreflexiones, criticaba al ex jefe del departamento de Relaciones Exteriores del patriarcado, el metropolitano Ilarion (Alfeev), por su "ecumenismo masónico", no temía mostrar el verdadero rostro del mundo ruso, el del alma incontrolable de las periferias, sin temer la marginación por parte de las cúpulas del poder eclesiástico y del Estado. Rusia es en realidad una inmensa y única periferia sin fronteras, y cualquier intento de definirla en dimensiones comprensibles termina difuminándose en la "fragancia del Alma suprema".
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