León XIV: 'Las familias generan el futuro de los pueblos'
Hoy se congregaron en la plaza de San Pedro 70.000 participantes en el Jubileo de las familias, los niños, los abuelos y los ancianos. Prevost afirmó en la homilía que la humanidad es "traicionada" cuando "se invoca la libertad no para dar la vida, sino para quitarla". En el Regina Caeli recordó a las familias que sufren por la guerra "en Oriente Medio, en Ucrania y en otras partes del mundo".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Las familias son generadoras del "futuro de los pueblos". Pero también son "pequeñas iglesias domésticas, donde el Evangelio es acogido y transmitido". Donde la fe "se comparte como el pan de la mesa y los afectos del corazón". El Papa León XIV recibió esta mañana en la plaza de San Pedro a 70.000 personas que participaron en el Jubileo de las familias, los niños, los abuelos y los ancianos, con delegaciones de 131 países. Bajo un cielo sereno, celebró con ellas la misa a las 10:30 y que concluyó con el Regina Caeli. "Con el corazón lleno de gratitud y esperanza, a ustedes esposos les digo: el matrimonio no es un ideal, sino el modelo del verdadero amor entre el hombre y la mujer: amor total, fiel y fecundo", afirmó el Papa Prevost, en el texto de la homilía.
El pontífice comentó el pasaje del Evangelio según san Juan en el que Jesús dice que reza "para que todos sean uno" (cfr. Jn 17, 20). "El Padre no nos ama menos que a su Hijo unigénito, o sea de manera infinita. Dios no ama menos, porque ama antes de nada, ¡ama antes que nadie!", afirmó. "En su misericordia, Dios desde siempre quiere acoger a todos los hombres en su abrazo; y es su vida, la que se nos entrega por medio de Cristo, la que nos hace uno, la que nos une entre nosotros". Es una lectura que "llena de alegría", sobre todo porque se escucha en el contexto del Jubileo dedicado a las familias. "Hemos recibido la vida antes incluso de haberla deseado", dijo Prevost. "Como enseñaba el Papa Francisco, 'Todos los hombres somos hijos, pero ninguno de nosotros eligió nacer'".
La relación, por lo tanto, es la base de la vida, desde el nacimiento, porque alguien más "nos salvó, nos cuidó a nosotros, a nuestro cuerpo y también a nuestro espíritu". "Todos nosotros vivimos gracias a una relación, es decir, a un vínculo libre y liberador de humanidad y cuidado mutuo", dijo León XIV. Esta humanidad, sin embargo, a menudo es "traicionada". "Cada vez que se invoca la libertad no para dar vida, sino para quitarla; no para proteger, sino para herir", añadió. A pesar de ello, la oración incesante de Jesús al Padre "por nosotros", constituye "un bálsamo sobre nuestras heridas, convirtiéndose en anuncio de perdón y reconciliación para todos". Esa súplica, continuó el pontífice, "da sentido pleno a los momentos luminosos de nuestro amor mutuo como padres, abuelos, hijos e hijas". Y subraya la unidad que une a todos los seres humanos, en cualquier contexto, porque somos "distintos, pero uno; muchos, pero uno, siempre uno, en cualquier circunstancia y edad de la vida". Amarse "así" significa ser "signo de paz" para el mundo.
León XIV se refirió entonces a "un signo que llena de gozo y, al mismo tiempo, invita a reflexionar": la proclamación en las últimas décadas de Santos y Beatos que han sido cónyuges, "no por separado, sino juntos, como parejas de esposos". El Papa recordó a Louis y Zélie Martin, padres de Santa Teresa del Niño Jesús y la familia polaca Ulma, "padres e hijos unidos en el amor y el martirio". Con esta decisión, "la Iglesia nos dice que el mundo de hoy necesita la alianza conyugal para conocer y acoger el amor de Dios, y para superar, con su fuerza que une y reconcilia, las fuerzas que destruyen las relaciones y las sociedades". Dirigiéndose a los esposos, dijo que la unión conyugar "los capacita para dar vida, a imagen de Dios" y los invitó a ser para los hijos "ejemplos de coherencia". A los hijos e hijas, dijo a su vez: "Estén agradecidos a sus padres". Y a los abuelos y a los mayores: "[Les] recomiendo que velen, con sabiduría y ternura, por quienes aman, con la humildad y paciencia que se aprenden con los años".
Al final de la celebración, cuando rezó el Regina Caeli, el pontífice evocó la solemnidad de la Ascensión del Señor, que se celebra en Italia y en otros países. "Es una fiesta muy hermosa, que nos hace mirar hacia el objetivo de nuestro viaje terrenal", dijo. Luego, recordó la beatificación que se celebró ayer en Polonia, "de Cristófora Klomfass y catorce hermanas de la Congregación de Santa Catalina Virgen y Mártir, asesinadas en 1945 por los soldados del Ejército Rojo en los territorios de la actual Polonia". A ellas Prevost encomendó "a las religiosas que en todo el mundo dan su vida generosamente por el Reino de Dios". Con respecto la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebra hoy, añadió: "Agradezco a los trabajadores de los medios de comunicación que, cuidando la calidad ética de los mensajes, ayudan a las familias en su tarea educativa". El Papa León XIV concluyó diciendo: "Pienso especialmente en aquellas [familias] que sufren a causa de la guerra en Oriente Medio, en Ucrania y en otras partes del mundo. La Madre de Dios nos ayude a caminar juntos por el camino de la paz".
17/12/2016 13:14
23/12/2015