Washington pone la mira en las tierras raras de Kachin: ¿esperanza o nueva explotación?
La administración Trump estaría evaluando una colaboración con el Ejército para la Independencia de Kachin (KIA) para acceder a los yacimientos de tierras raras en el norte de Myanmar y reducir el monopolio chino. Pero los residentes locales temen el posible impacto ambiental y el riesgo de agravar aún más el conflicto civil. Activistas kachin piden a Washington estándares rigurosos y soluciones sostenibles para no repetir los mismos errores.
Rangún (AsiaNews) - La administración Trump está prestando atención al estado de Kachin, en el norte de Myanmar, una región rica en minerales de tierras raras. Según información obtenida por Reuters, Washington se propone dialogar directamente con el Ejército para la Independencia de Kachin (KIA), la milicia étnica que controla los yacimientos de minerales, para poder explotar sus recursos, que son esenciales para la producción de automóviles eléctricos, turbinas eólicas y equipos militares. Actualmente, es China (que apoya militarmente a la junta golpista de Myanmar, pero también dialoga con las milicias étnicas que luchan contra ella) la que importa la mayor parte de las tierras raras birmanas.
Muchos ciudadanos de Myanmar, resentidos con el Consejo de Administración Estatal (SAC, el nombre que se dieron los militares birmanos después del golpe de Estado), consideran que el interés de Estados Unidos podría ofrecer una oportunidad de paz. Sin embargo, los planes de colaboración con el KIA plantean diversas preocupaciones, especialmente con respecto a las perspectivas de paz y la destrucción del medio ambiente.
El KIA retomó el control de la zona minera de Chipwe-Pangwa en octubre de 2024. De esta región proviene casi la mitad de las tierras raras pesadas del mundo, como el disprosio y el terbio. El objetivo de Estados Unidos de contrarrestar el monopolio chino en el procesamiento global de tierras raras, implica que Kachin es una oportunidad importante. Según Reuters, el 17 de julio se mantuvieron conversaciones en la oficina del vicepresidente JD Vance para explorar las posibilidades de colaboración con el KIA, ya sea firmando un acuerdo de paz con el SAC o eludiendo por completo a la junta.
Adam Castillo, ex presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Myanmar, definió a los minerales de Kachin como la “gallina de los huevos de oro” de China, y alentó a Estados Unidos a cooperar con el KIA, sugiriendo también una eventual colaboración con otros aliados de la región, como la India, que ya es miembro del Quad, un foro de diálogo de Asia-Pacífico. La empresa india IREL había visitado Kachin en diciembre de 2024 para explorar la posibilidad de acuerdos mineros.
El objetivo de la administración Trump también sería reducir el déficit comercial de 579 millones de dólares con Myanmar, y por eso en las últimas semanas se ha amenazado con imponer un arancel del 40% sobre los productos birmanos que entran en Estados Unidos. Al mismo tiempo, sin embargo, hace pocos días el presidente estadounidense, tras recibir una carta del presidente del SAC, el general Min Aung Hlaing, ha levantado las sanciones contra varias personas vinculadas a la junta birmana, algunas de las cuales permiten la importación de armas chinas a Myanmar.
Mucha gente en Myanmar piensa que Estados Unidos es un socio más confiable que China o el SAC, a los que consideran responsables de saquear las riquezas de Kachin. Sin embargo, algunos comentaristas han señalado que existen problemas relacionados con las infraestructuras de la región. El autor sueco Bertil Lintner, por ejemplo, afirmó que el plan era “una locura”, porque que si Estados Unidos “quiere transportar las tierras raras de estas minas, que se encuentran todas en la frontera con China, solo hay una carretera hacia la India, y los chinos seguramente intervendrían y detendrían” la operación.
La incapacidad del SAC para regular la actividad minera, generalmente vinculada a empresas chinas, ha devastado el medio ambiente en Kachin. Sustancias químicas tóxicas como el arsénico han contaminado ríos y suelos. Según un informe de Global Witness de 2024, se ha registrado un aumento del 40% de los sitios mineros abiertos en algunas zonas de Kachin y en el municipio de Momauk. Este comercio, estimado en 1.400 millones de dólares en 2023, es en su mayoría ilegal y perjudica a la población local, porque la contaminación mata al ganado y envenena el agua, causando diversas enfermedades.
Seng Ja, una joven activista de Kachin de 24 años, dialogó con AsiaNews sobre la crisis ambiental. “La extracción de tierras raras genera beneficios inmediatos - explicó - pero destruye nuestra tierra si se hace de forma incorrecta. Kachin ha sufrido años de guerra, y el SAC permite que las empresas chinas se apropien de nuestros recursos, dejando ríos contaminados y campos vacíos. Necesitamos ayuda para proteger nuestro medio ambiente y a nuestra gente del SAC”.
En las zonas controladas por la Junta se utilizan maquinarias pesadas que destruyen el ecosistema para financiar la guerra contra las milicias étnicas. El vertido tóxico contamina sobre todo el río Kok, un afluente del Mekong que también atraviesa Tailandia, donde se han registrado niveles de arsénico cuatro veces superiores a los límites de seguridad establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Con la intensificación de la guerra civil en Myanmar, el KIA también cobra un impuesto del 20% para financiar sus actividades de resistencia contra la junta militar birmana, y eso ha favorecido la expansión de la actividad minera.
Mung Dan, un birmano que vivie en Myitkyina, compartió su frustración: “China compra nuestras tierras raras a precios bajos con la bendición del SAC, y tienta a los que tienen vínculos con compradores extranjeros como Estados Unidos. Myanmar está atrapado en intensos combates por culpa de la junta. Cada agrupación se ve obligada a usar los recursos de que dispone para sobrevivir. El SAC y los líderes rebeldes de Kachin conocen los daños ambientales, pero no les preocupan las consecuencias, porque los costos de la guerra son demasiado altos y el dinero de las tierras raras es demasiado tentador para ignorarlo”.
Muchos temen que Estados Unidos termine apoyando la guerra y los daños ambientales causados por la mala gestión del SAC, si compra las tierras raras de Kachin: “Estados Unidos no debe seguir el camino destructivo del SAC”, declaró Seng Ja. “Si quieren ayudar a Kachin, deberían apoyar la minería responsable, cumplir con los estándares ambientales mínimos y respaldar soluciones sostenibles, no sólo apropiarse de nuestros recursos y dejar una tierra devastada”.
01/09/2021 15:28
05/12/2018 10:59