Mons. Nahra: plan Trump, “primer paso” para reactivar los Acuerdos de Oslo
El vicario de Israel espera que se lleven a cabo conversaciones de paz “serias” para “detener la masacre” en la Franja. El 7 de octubre, aniversario del ataque de Hamás, es también la fiesta de la Virgen del Rosario, y hay que pedirle que “nos sostenga en el camino”. Quedan pendientes “cuestiones no resueltas” y es necesario que “ israelíes y palestinos tengan la voluntad de avanzar”. El papel de la Iglesia es “mediación e inclusión”.
Milán (AsiaNews) - Tenemos la esperanza de que los esfuerzos en curso, las conversaciones en Egipto y el plan de paz de 20 puntos del presidente estadounidense Donald Trump sean “serios”, porque “en este momento, cualquier intento de solución es bienvenido para interrumpir esta masacre. Rezamos para que todo se detenga”, dice a AsiaNews Mons. Rafic Nahra, obispo auxiliar del Patriarcado Latino de Jerusalén y vicario patriarcal para Israel desde 2021, en referencia a la mediación de El Cairo (y de Estados Unidos) entre Hamás e Israel para poner fin al conflicto en Gaza y el regreso de los rehenes israelíes. La Iglesia de Tierra Santa, continúa diciendo, “tiene esperanzas y reza, aunque la situación sigue siendo muy difícil”. En esta perspectiva propone también la adhesión a la “jornada de ayuno y oración del 11 de octubre” que ha convocado el Papa León XIV.
Mañana se cumple el segundo aniversario del ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre de 2023, con más de 1.200 víctimas y el secuestro de los rehenes, de los cuales cerca de veinte siguen prisioneros en la Franja. En respuesta, el Estado judío desató una durísima guerra que ha causado la muerte de más de 67.000 palestinos, en su gran mayoría civiles incluyendo mujeres y niños, y dejó a la mayor parte de los 2,2 millones de habitantes sin vivienda y sumidos en una gravísima crisis alimentaria. En este marco, los negociadores de Israel y Hamás deberían reunirse en Sharm El-Sheikh para discutir los detalles técnicos y operativos del plan de paz de la Casa Blanca, que presiona por el fin de las hostilidades y el retorno de los prisioneros, aunque los plazos se podrían demorar algunos días.
Mons. Nahra explica que, para que las conversaciones puedan alcanzar los resultados esperados, “ambas partes deben comprender y aceptar” que deberán hacer renuncias y aceptar mediaciones y compromisos: “Por un lado – explica el prelado – muchos israelíes afirman que la vida de los rehenes es el factor más importante”, mientras que el objetivo de una facción política de “acabar con Hamás y resolver el problema de una vez por todas” no parece “muy realista”. Por otro lado, añade, “a pesar de los muertos y la destrucción, algunos seguirán estando siempre a favor de Hamás, que es una ideología” además de un movimiento de lucha armada, y no se erradica con la fuerza. “La cuestión central – advierte – es detener la guerra e ir más allá de esta lógica, buscando de verdad una solución”.
“En cuanto a los palestinos”, advierte, “espero que también se pueda poner fin a este círculo de violencia continua, que se les dé la posibilidad de construir un Estado, de alcanzar no una tregua, sino una paz verdadera”. “Este es un camino que se debe emprender con vistas al futuro – afirma Mons. Nahra – pero ahora lo importante es detener las armas y esperar que los extremistas opuestos, tanto israelíes como palestinos, no hagan saltar todo por el aire y hundan la negociación”. Esperamos, insiste, que “no haya solo una tregua, porque después de esta guerra es necesario terminar con el conflicto, que se alcance una verdadera solución; el alto el fuego no es garantía de estabilidad y la guerra podría volver a empezar, aún más sangrienta”.
Mañana, 7 de octubre, se cumplen dos años del ataque que trastocó toda la vida en Tierra Santa y que, recuerda el prelado, ha provocado “muchas heridas en los corazones que serán muy difíciles de curar”. “Como dijo el patriarca [Pierbattista] Pizzaballa de una manera muy realista en su carta, nos preparamos para un camino difícil incluso si la paz se firmara hoy”. Hay una enorme tarea por delante para hacer renacer Gaza “a nivel material, espiritual y humano. Lo mismo – añade – vale para Israel, cuya sociedad está herida y dividida internamente. Sin embargo, quiero recordar que el 7 de octubre – añade – es también la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, y a ella rezamos e invocamos para que nos de fuerzas y nos proteja en este camino”.
Con respecto al plan de paz de Trump, que es el objeto de las conversaciones, Mons. Nahra habla de un “primer paso”, pero que “deja muchas cuestiones sin resolver”, y el camino por delante “todavía es largo” y está marcado por desafíos y obstáculos. “Por un lado – añade – es necesario sanar, y por el otro, reconstruir casas y convivencia”. Y en el plano político “hay que aceptar los Acuerdos de Oslo que se firmaron en los papeles pero no tuvieron continuidad, porque en ambas partes no existía la voluntad de construir una verdadera paz y convivencia”. “Y también es necesario que esta tregua – advierte – que es un poco forzada, que viene de afuera, sea integrada, y que en israelíes y palestinos exista la voluntad de avanzar” para crear un contexto nuevo y diferente.
En esta perspectiva se inscribe la contribución que puede hacer la Iglesia en Tierra Santa, el Patriarcado Latino de Jerusalén, que, a pesar de ser una pequeña semilla, mucho ha sabido hacer en estos años en términos de diálogo, mediación, apertura hacia el otro, acercamiento e inclusión. “Nosotros somos pocos – admite el vicario patriarcal – pero con la palabra, con el ejemplo, podemos mostrar algo diferente, la voluntad de vivir juntos, saber dialogar con todos sin excluir al otro”. “Nosotros no queremos hablar de política, porque se han dicho muchas cosas que no han sido escuchadas. Nosotros – concluye – queremos vivir nuestra fe, ser testigos de esperanza, favorecer el diálogo con todos y hacer lo que esté a nuestro alcance”.
17/12/2016 13:14