Un año tras la tregua con Hezbolá, Israel bombardea el Líbano que espera la visita del Papa
Un ataque aéreo de cazas israelíes ha alcanzado un apartamento en la periferia sur de Beirut. El objetivo era Haytham Ali Tabataba’i, jefe de Estado Mayor del partido proiraní. Washington y Tel Aviv se muestran contrarios a los líderes libaneses, que aún no han logrado desarmar a Hezbolá. La inminente visita del pontífice descarta una escalada inmediata, pero persisten los temores por el futuro.
Beirut (AsiaNews) - A menos de una semana de la visita del papa León XIV al Líbano (del 30 de noviembre al 2 de diciembre) y en vísperas del primer aniversario del acuerdo de cese de hostilidades entre Israel y Hezbolá del 27 de noviembre de 2024, un espectacular ataque aéreo del Estado hebreo ha golpeado un apartamento de Haret Hreik, en la periferia sur de Beirut. Se trata del primer ataque desde el pasado mes de junio contra la capital libanesa para golpear objetivos vinculados al partido chiíta proiraní, lo que ha recordado que este alto el fuego es solo una etapa hacia la eliminación militar total del grupo combatiente.
El acuerdo relativo a la tregua preveía, de manera tácita, que el país de los cedros, con un nuevo presidente, llevaría a cabo lo que Israel había iniciado desarmando a Hezbolá según un proceso definido en las resoluciones 1559 y 1701 de la ONU, comenzando por las regiones al sur del río Litani. El Líbano ha iniciado este proceso, pero se encuentra con una fuerte resistencia por parte del Partido de Dios. ¿Significa la incursión del 23 de noviembre que el Estado judío ha recuperado el control de la situación? ¿Se espera una respuesta de Hezbolá? Aún no hay respuesta a estas preguntas. La opinión general es que el partido proiraní está evaluando diferentes opciones.
El ataque se cobró la vida de seis hombres, entre ellos Haytham Ali Tabataba'i, un libanés de padre iraní que ocupaba el cargo de jefe de Estado Mayor del partido proiraní. Tabataba'i era responsable de la Fuerza Radwan, unidad de élite de Hezbolá, así como del rearme del partido con drones de corto alcance capaces de alcanzar el norte de Israel. Su funeral, celebrado ayer en las afueras del sur de Beirut, confirmó el inmenso seguimiento que Hezbolá sigue teniendo dentro de la comunidad chií y, por consiguiente, la complejidad de la tarea de desarmar a este movimiento por parte del ejército libanés.
Al mismo tiempo, Estados Unidos acogió con satisfacción la eliminación de un hombre cuya cabeza pedía desde 2016, a cambio de una recompensa de cinco millones de dólares, pero aseguró que no fue informado del ataque hasta que la operación ya estaba en marcha. A través del primer ministro Benjamin Netanyahu, el Estado judío declaró por su parte que actúa con total independencia cuando se trata de una cuestión que afecta a su propia seguridad.
Campaña de Washington
Sin embargo, cabe destacar que la incursión coincidió con una campaña contra el Gobierno y el ejército libanés, a los que Washington y Tel Aviv reprochan su falta de determinación en el proceso de neutralización militar de Hezbolá. Y, en particular, la negativa de Beirut a aceptar la solicitud israelí de registrar viviendas privadas en busca de escondites de armas. Esta campaña ha provocado el aplazamiento de una visita a Estados Unidos del comandante del ejército, el general Rodolphe Haykal, cercano al presidente de la República, Jospeh Aoun. Para el poder, la creciente impaciencia de Washington refleja un desconocimiento total de la realidad libanesa, así como la dificultad de la tarea en relación con los medios y el personal de que dispone el ejército del país de los cedros.
En respuesta a Washington, desde un cuartel del ejército en Tiro, el 22 de noviembre, día de la fiesta de la Independencia del Líbano, el jefe del Estado pronunció un discurso en el que aseguraba que el país está dispuesto a sentarse a la mesa de negociaciones para resolver la controversia sobre las fronteras con Israel, con vistas a un desarme total del partido proiraní. Sin embargo, sus garantías no han encontrado, hasta ahora, ninguna respuesta por parte de Israel o Estados Unidos. En estos días también se está llevando a cabo una misión egipcia para acercar posiciones, mientras que Francia y Arabia Saudita se están movilizando para romper el aislamiento del liderazgo libanés y, en particular, para acelerar el fortalecimiento en curso de su ejército.
Sin escalada inmediata
Volviendo a la visita del papa León XIV, el ataque israelí no parece haber preocupado demasiado a los libaneses, que descartan que pueda ser el preludio de una escalada inmediata. Las declaraciones procedentes del Estado hebreo van en este sentido. Además, fuentes coincidentes aseguran que, a petición de Washington, transmitida por el vicepresidente J.D. Vance, Israel no hará nada que pueda comprometer la visita del pontífice, prevista para el domingo 30 de noviembre en el Líbano.
Esta es también la opinión predominante entre las agencias de viajes y los operadores del sector, según los cuales el ataque en la periferia sur no ha provocado por el momento cancelaciones de reservas o vuelos a Beirut. «El sentimiento predominante entre los viajeros es que hay pocas posibilidades de que se agrave la situación en general, al menos hasta la visita del papa León XIV», explica a AsiaNews el presidente del sindicato de agencias de viajes y turismo del Líbano (Attal), Jean Abboud.
Para muchos libaneses, más allá del protocolo diplomático, la llegada del papa representa la esperanza de un momento de cohesión nacional en un país frágil, pero profundamente vinculado a la convivencia interreligiosa como identidad profunda. Sin embargo, todos los libaneses son conscientes de que la «tregua» de la que se beneficiarán será solo momentánea y podría ir seguida de una intensificación de los ataques israelíes en el marco de una escalada militar. Para la Iglesia local, el factor tiempo juega en contra del Líbano; la esperanza constantemente pospuesta de una estabilidad duradera no hace más que agravar la hemorragia humana que afecta a la élite universitaria y a su juventud en general. Por otra parte, el tema del arraigo en Oriente, a pesar de todas las dificultades, debería figurar entre los que abordará el pontífice durante su encuentro con los jóvenes el 1 de diciembre en Bkerké.
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08/07/2025 12:31



