La ruptura de relaciones con Europa había sido presentada por la propaganda rusa como una brillante perspectiva para el espacio euroasiático. Pero las sanciones han permitido a Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán crecer en su papel de mediadores en el comercio con terceros países. E incluso muchos emigrantes miran hoy más a Occidente que a Moscú.
La región alberga grandes reservas de estos minerales, hoy muy codiciados por la industria de alta tecnología. Kazajistán habla de «yacimientos sin parangón». La Unión Europea intenta promover asociaciones adecuadas como posible alternativa a China en el suministro. Pero estas políticas se ven lastradas por el retraso en infraestructuras tecnológicas, que frena las posibilidades concretas de desarrollo.
Desde el final de la URSS, las cinco antiguas repúblicas soviéticas debaten la posibilidad de abandonar el cirílico y adoptar caracteres latinos. Hay quienes hablan de una mayor aproximación a los sonidos de las lenguas túrquicas, pero la cuestión se entremezcla con las demandas de «desrusificación» con el telón de fondo de la guerra de Ucrania. Pero incluso en Kazajistán, donde Nazarbaev inició el proceso con el objetivo de completarlo en 2031, persisten fuertes dudas.
Según los documentos, cientos de campesinos uzbekos han entregado sus propiedades «voluntariamente», pero muchos afirman que esto ocurrió «bajo la presión de los órganos de asuntos internos y de la fiscalía». Más de 3.500 empresas chinas operan actualmente en todo el país.
Tras muchas vacilaciones y reuniones a nivel de países individuales, ahora en Samarcanda la UE ha declarado abiertamente su intención de «elevar las relaciones al nivel de asociación estratégica» con la región en su conjunto. Pero los dirigentes locales, que aspiran a «diversificar» su política exterior, esperan a ver cuántos recursos pondrá realmente Bruselas sobre la mesa.
Polémica en Uzbekistán por las pequeñas piscifactorías que desaparecieron poco después de que su inauguración fuera retransmitida en directo por televisión en un pueblo de la región de Namangan. Una historia que recuerda la tradición de las «manifestaciones engañosas» que resurge puntualmente en la región desde la época de las visitas de los zares.