La empresa estatal China Metallurgical Group Corporation ha anunciado el inicio de las obras en la mina de Mes Aynak, uno de los yacimientos de cobre más grandes del mundo. Sin embargo, la zona sigue minada, carece de infraestructuras y los riesgos para la seguridad siguen siendo elevados. El régimen de Kabul busca legitimidad apostando por las inversiones chinas y Pekín sigue adelante, pero con cautela.
Desde principios de julio, todos los refugiados que huyeron del régimen talibán en 2021 están recibiendo mensajes de texto con la orden de abandonar Tayikistán en un plazo de 15 días. Entre los destinatarios se encuentran también quienes viven legalmente en el país y muchos antiguos colaboradores del Gobierno prooccidental de Kabul. Testimonios sobre hombres, mujeres y niños subidos a pequeños autobuses. Una medida que se suma a otras contra los exiliados afganos que ya se aplican desde hace tiempo en Pakistán e Irán.
Aunque sin llegar al reconocimiento político completo por parte de Moscú, Kazajistán ha firmado un acuerdo con los talibanes para una importante línea ferroviaria. También Uzbekistán, Kirguistán y Turkmenistán están promoviendo acuerdos con el beneplácito de Pekín. La única excepción sigue siendo Tayikistán, donde aún pesa la cuestión de la discriminación de la minoría tayika en Afganistán.
El Líder Supremo del Emirato Islámico, Hibatullah Akhundzada, ha reasignado a nueve funcionarios en un esfuerzo por consolidar su autoridad frente a otras facciones talibanes, sobre todo la Red Haqqani. Pero las tensiones internas también alimentan divisiones étnicas y territoriales. Mientras tanto, el retorno forzado de decenas de miles de refugiados de Irán está agravando la situación humanitaria en el país.
Moscú se ha convertido en el primer gobierno en completar la normalización de las relaciones con el Emirato Islámico de Afganistán. Ya en 2018, la política rusa hacia los talibanes había comenzado a cambiar, pasando de una oposición formal a una búsqueda evidente de colaboración. Pero la nueva amistad con Kabul se desarrollará al estilo habitual de sospechas mutuas y controles cruzados.
Maryam Marof Arwin, fundadora del Purple Saturdays Movement, denuncia en AsiaNews las condiciones a menudo inhumanas de los refugiados afganos en Irán, agravadas por los recientes bombardeos israelíes, que ya han dejado al menos una víctima afgana. Las vidas de mujeres, niños, disidentes y activistas están en peligro si son repatriados, pero en el exilio también sufren hambre, precariedad y discriminación. "Es necesario que haya colaboración entre los defensores de los derechos humanos y se respete el derecho humanitario", afirma la activista.